domingo, 9 de mayo de 2004

Un último comentario sobre 98.5

Llegó mayo y con ello la fecha señalada para presentar la nueva propuesta radial del 98.5. "Nueva propuesta" es un decir. El sábado 1 de mayo, todo vestigio de Radioactivo dejó de existir cuando la estación comenzó a tocar pop en español. Si Maná en el 98.5 no señalaba el fin, no se qué lo haría. Hacia mediodía se transmitió un programa especial llamado "Reporte Cero", una especie de programa piloto de lo que desde el lunes 3 es Reporte 98.5, nuevo apelativo de la estación.

Con una oferta de noticias enfocadas al Distrito Federal y área conurbada, Reporte 98.5 cuenta con un equipo de comentaristas veteranos tanto de la radio como de la televisión. Guillermo Ortega, Javier Alatorre, Jorge Garralda, Martín Espinoza, Gustavo Adolfo Infante, Javier Alarcón y Ciro Di Constanzo son los responsables del nuevo rumbo de la emisora.

No tengo nada en contra de los noticieros radiofónicos pero, ¿realmente necesitamos tantos? Basta dar una vuelta por el cuadrante todas las mañanas entre las 6 y las 10 AM para entender a qué me refiero. Y aunque esto parecía un fenómeno exclusivo de AM, en años recientes ha invadido también el FM. Las únicas emisoras "exentas" de noticias parecen ser las dedicadas a música grupera-norteña-tropical o pop juvenil en español.

Lo que encuentro preocupante es la similitud existente entre todas las emisiones de noticias que se transmiten a diario. TODAS suenan igual. Nino Canún, Gutiérrez Vivó, Guillermo Ortega, Ferris de Con. TODOS suenan igual. Y si eso no fuera suficiente, resulta que algunos de estos programas se transmiten simultáneamente en más de una estación. ¿Porque tenemos tres estaciones transmitiendo "Monitor" de Gutierrez Vivó y otras tres transmitiendo "Monitor de Radio Centro"?

Sumado a los enlaces entre estaciones de cadenas como Radiofórmula o Núcleo Radio Mil, hay una docena de estaciones con sólo cuatro o cinco programas diferentes. ¿No hay regulaciones al respecto? Todas las frecuencias de la radio comercial mexicana pertenecen al Estado, que otorga concesiones para operarlas. ¿No debería supervisar el uso que los concesionarios les dan? ¿Porque otorgar varias concesiones a una empresa que no ofrece contenido suficiente?

El gobierno habla de libertad de expresión y apertura de medios, pero sería congruente que los medios se abriesen y ejercieran dicha libertad. ¿De qué sirve que haya libertad de contenido si quienes manejan los medios no tienen nada que ofrecer?

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