Al hablar de Jim Henson invariablemente uno piensa de inmediato en los Muppets, pero el talentoso escritor, productor, director y titiritero hizo mucho más que crear a las marionetas más famosas del mundo, y su creatividad ha sido inmortalizada en series de TV como Jim Henson's The Storyteller o películas como Labyrinth (Laberinto) y The Dark Crystal (El Cristal Encantado).
En 1970 inició su colaboración en la serie educativa Sesame Street (Plaza Sésamo), y sus apariciones en TV se volvieron más frecuentes. En 1974, junto a Jerry Juhl, escritor con quien trabajaba desde 1961, comenzó a escribir el guion para lo que sería su primer largometraje, pero cuando se dio la oportunidad de desarrollar The Muppets Show abandonaron el proyecto.
Hace unos años, The Jim Henson Company firmó un acuerdo con Archaia Press, sello editorial independiente especializado en cómics dirigidos al público infantil. Juntos produjeron un par de exitosas antologías inspiradas en material de The Storyteller y Fraggle Rock, y una exitosa serie de The Muppets publicada por BOOM! Entertainment, editorial con la que se fusionó Archaia.
Al analizar posibilidades para realizar más proyectos en conjunto con las propiedades de la compañía, encontraron el último borrador del guion de A Tale of Sand, el abortado largometraje en que trabajaban Henson y Juhl antes de recibir la oportunidad de irse a trabajar en su propia serie de televisión, y decidieron que sería buena idea convertirlo en una novela gráfica.
El artista elegido para encargarse de adaptarlo fue el canadiense Ramón K. Pérez, quien ha ganado notoriedad gracias a su trabajo en The Amazing Spider-Man: Learning to Crawl y otros títulos de Marvel Comics, pero fue gracias a su trabajo en Tale of Sand que el talentoso artista capturó la atención de lectores y editores y recibió varias nominaciones a los Premios Eisner de 2012.
Tale of Sand cuenta la historia de Mac, un hombre común que llega a un pueblo en medio del desierto, donde es recibido como un héroe en medio de una gran celebración. No tiene idea de lo que ocurre, pero antes de que pueda siquiera preguntar por qué tanto alboroto, lo sacan de la fiesta para darle una guirnalda, las llaves de la ciudad, un mapa, y una mochila llena de provisiones.
Después es llevado hasta una línea de partida, y le dicen que debe llegar hasta Eagle Mountain. Además, le garantizan que tendrá al menos diez minutos de ventaja, pero no sabe qué o quién irá tras él. Lo que sigue sólo puede ser descrito como una experiencia surrealista de tintes oníricos, y por lo mismo no siempre es algo fácil de interpretar.
Eso no quiere decir que la historia no tenga sentido o que sea incomprensible, pues ése no es el caso, pero quizá sería buena idea leerla con la mente abierta, como si fuera una película de David Lynch o Terry Gilliam. Me disculpo si eso no ayuda, pero no se me ocurre otra manera de describir la lectura, pues es la clase de historia que hay que experimentar para poder entender.
El guion de Henson y Juhl es un trabajo íntimo, y se percibe el cuidado con que lo escribieron. La elección de Pérez para la adaptación fue un gran acierto, pues el talentoso ilustrador logra que la peculiar historia funcione como narrativa gráfica. Hay largas secuencias contadas casi sin diálogos, lo que no es sencillo, pero Perez hace que todas y cada una de ellas fluyan sin problema.
Su trazo limpio y preciso permite que el lector se pierda fascinado con lo que sucede en las páginas sin preocuparse porque la historia tenga sentido. El color, obra de Ian Herring con ayuda del propio Perez, además de la colaboración de Jordie Bellaire y Kalman Andrasofszky, ayuda a sentar el tono de la historia, creando la atmósfera ideal para cada momento.
Incluso el trabajo de rotulado realizado por Deron Bennett juega un papel importante en la forma de contar la historia, pues además de incluir partes del guion en el diseño de algunas de las páginas, también utiliza como herramienta narrativa incorporada al arte una fuente diseñada a partir de la escritura a mano del propio Henson.
Siempre he sido de la idea de que cualquier clase de trabajo creativo u obra de arte funciona como una conjunción entre lo que plasma el autor y lo que su audiencia interpreta, y no se me ocurre un ejemplo más claro de esta simbiosis interpretativa que la experiencia de leer Jim Henson’s Tale of Sand. Una obra absolutamente recomendada.
Escritores: Jim Henson y Jerry JuhlArtista: Ramón K. PérezColor: Ian Herring con Ramón K Pérez, Jordie Bellaire y Kalman AndrasofszkyEditor: Stephen ChristyEditorial: Archaia Press / BOOM! EntertainmentFecha de publicación: 2011Formato: Tomo en pasta dura de 156 páginas a color, con un tamaño de 21×30 cm.
Una versión previa de este texto se publicó originalmente en La Covacha Mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario