Hace unos días pasaron en TV (aunque no recuerdo el canal) dos películas que me gustan y comparten elementos temáticos, así que decidí comentarlas juntas. Se trata de Finding Forrester (Descubriendo a Forrester) y Wonder Boys (Loco Fin de Semana), ambas estrenadas originalmente en el 2000.
Sus notas y su habilidad atlética le consiguen una beca para continuar con sus estudios en un prestigioso colegio privado, donde tendrá que enfrentar toda clase de prejuicios. Pocos días antes de cambiar de escuela conoce a un laureado escritor que hace muchos años desapareció de la vida pública, William Forrester.
Tras los breves intercambios que se dan entre ambos casi todos los días, Forrester descubre las habilidades literarias de Jamal, y de forma renuente se convierte en una especie de mentor para el joven. A lo largo de la cinta se exploran los crecientes lazos de amistad entre ambos mientras Jamal busca como encajar en su nuevo entorno, y Forrester encuentra un motivo para abandonar su retiro.
La película, aunque bien recibida, suele ser blanco de muchas críticas, sobre todo porque algunos le recriminan a Van Sant el hecho de que esta cinta sea tan parecida en tono y estructura a Good Will Hunting (Mente Indomable), aunque en lo personal, por cuestiones temáticas, prefiero Finding Forrester.
La historia sigue las peripecias de Grady Tripp (Michael Douglas), profesor de literatura y autor de una exitosa novela, quien tiene varios años trabajando, de manera infructuosa, en la segunda. Con el pretexto de que van a participar en un festival literario, Tripp recibe la visita de su agente (Robert Downey Jr.), que atraviesa un mal momento y cuya carrera depende por completo de lo que pase con la nueva novela de Tripp.
El mismo fin de semana Tripp tiene que lidiar con que su esposa lo abandona, su amante (Frances McDormand), que es la esposa de su jefe, le informa que está embarazada; y un par de sus alumnos (Katie Holmes y Tobey Maguire) buscan su ayuda para lidiar con sus vidas.
El tema común en ambas es el oficio de escribir y las dificultades que conlleva. Alguna vez al comentar estas películas con un amigo y preguntarme por qué no recibieron más atención en su momento, llegamos a la conclusión de que pese a ser buenas películas, para la mayoría de la gente no tienen nada de especial. Para nosotros resultan más personales porque somos o pretendemos ser escritores. En lo personal he seguido algunos consejos de Forrester y Tripp y los resultados en general han sido positivos.
Más allá de esa coincidencia ocupacional, ambas películas resultan entretenidas, y muchos de los consejos que aparecen en ellas son perfectamente aplicables a cualquier otra ocupación. Altamente recomendadas.
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