La última vez que escribí sobre películas mencioné Shallow Grave como el mejor trabajo del realizador británico Danny Boyle, pero estoy consciente de que muy poca gente está siquiera enterada de la existencia de esta película. Y es de entenderse, ya que el salto a la fama de Boyle se dio con el estreno de su segunda película, Trainspotting, la cual le ganó reconocimiento a nivel mundial.
Shallow Grave (Tumba al Ras de la Tierra) narra la historia de tres jóvenes británicos, dos hombres y una mujer, quienes viven juntos en un espacioso apartamento con una habitación adicional para rentar. Tras entrevistar a varios candidatos eligen a su nuevo huésped, pero apenas un par de días después de mudarse, ellos lo encuentran muerto y en posesión de una maleta llena de dinero. Tras una breve discusión su ambición resulta ser más poderosa que su sentido común y deciden quedarse con el dinero y deshacerse del cuerpo.
A partir de ahí la cinta explora como la avaricia, la desconfianza y la sospecha va minando la amistad existente entre los tres. Es de destacar la presentación de Ewan McGregor en su primer papel protagónico y el excelente trabajo de dirección actoral de Boyle, quien logra contar su historia de una manera muy capaz gracias al extraordinario manejo de personajes.
La cinta tiene las vueltas de tuerca adecuadas para impedir que la historia se vuelva sosa o predecible y el trabajo de fotografías y composición de escenas muestra todo el estilo y técnica que le ganarían a Boyle el reconocimiento de crítica y público en los años posteriores. Gran debut del director de Trainspotting, 28 Days Later y Millions -esta última actualmente en carteleras- y digna adición a cualquier videoteca.
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