Hace un año se desató una fuerte polémica en México por la creciente proliferación de los "productos milagro", aquellos pseudomedicamentos capaces de curar todo en sólo unos momentos. La Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF) tomó cartas en el asunto al exigir que las autoridades legislacen adecuadamente la comercialización de estos productos y se regulace su publicidad, diseñada hasta entonces para hacerlos parecer productos farmacéuticos debidamente controlados por las autoridades sanitarias.
Algunas de las compañías fabricantes de dichos productos se quejaron e intentaron anteponer recursos legales, afirmando que se trata de medicamentos respaldados por una investigación científica adecuada y que todo se trataba de una campaña de descrédito en su contra orquestada por los gigantes farmacéuticos, pero nunca ofrecieron pruebas concretas que pudiesen apoyar sus alegatos de defensa. Se aplicaron sanciones y se retiró de la televisión una gran cantidad de publicidad de estos productos. Algunos otros anuncios fueron modificados para no mostrar médicos o hacer alusión a la seriedad del producto y siguieron transmitiéndose. Observatec hizo en aquél entonces un sumario de los hechos.
A esto hay que sumar el escándalo generado hace un par de años cuando una investigación que misteriosamente nunca se concluyó arrojó evidencias preliminares sobre la baja -o a veces nula- calidad de algunos de los medicamentos comercializados como "genéricos" o similares y al pobre estado de los servicios de salud en nuestro país y nos encontramos ante un panorama poco alentador en lo que se refiere a la salud.
El tema viene a colación debido a que en las últimas semanas descubrí la más reciente variante de publicidad utilizada por Genomma Labs, uno de los más prominentes fabricantes de productos milagro. En algunas estaciones de Grupo Radio Centro, el más grande conglomerado radiofónico de México, han lanzado una campaña que imagino puede compararse a los "publireportajes" que hicieron aparición en medios impresos hace algunos años. Estos "publireportajes" no son más que anuncios publicitarios disfrazados de reportajes y distinguidos únicamente por un pequeño banner colocado en la esquina de las páginas que ocupa. El problema con la versión radiofónica de estos "publireportajes" es que en radio no se puede poner la etiqueta que pudiese indicar a un radioescucha que lo que está escuchando es publicidad y no un reportaje periodístico, como se pretende hacer creer. Funcionan de la siguiente manera: El locutor de turno da sus textos acostumbrados, la hora, la lista de las canciones recién escuchadas y a continuación, en lugar de indicar que irán a una pausa comercial, cede los micrófonos a uno se sus colaboradores, que tiene información importante. Y ahí entra el mensaje grabado a manera de reporte de corresponsal noticioso, donde se menciona que "recientes estudios muestran...", "el uso de productos como_____ puede ayudar en el tratamiento de...", y "es importante consultar a su médico" a manera de disculpa agregada.
Resulta penoso que una empresa tan grande e importante como ORC se preste a difundir esta clase de publicidad, pero tal vez si los encargados de comercializar los espacios al aire tuvieran un sentido ético al hacer su trabajo su empresa no sería tan fuerte económicamente hablando. ¿O si?
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