miércoles, 8 de junio de 2005

NIN en la Ciudad de México: Un día después

Bueno, debo iniciar este texto con un statement: no existen suficientes no mames en el mundo para describir lo acontecido en la cúpula del trueno este jueves...

La anticipación, la estatura de la banda (musical, artística y su impacto sociológico), y el ambiente creado llevaron a este pequeño ser humano a una conclusión: NIN es el Pink Floyd de esta generación, y al igual que la ilustre banda progresiva siempre trata de llevar la música a otro plano, sacar a el oyente de la actitud pasiva inherente a el acto de la apreciación musical para hacerlo partícipe de una realidad cruda, descarnada pero nunca autocomplaciente.

Este calificativo puede ser la característica de la banda liderada por Michael Trent Reznor, jamás conceder un espacio para la congratulación, o el abandono ante la crítica musical, vaya, desde la primer canción de su primer álbum el destino de la agrupación fue marcado, el resistirse ante cualquier estructura de poder (que por naturaleza es definida por su actitud circunspecta y proclive al juicio a priori. Nótese que esto no es necesariamente malo, la convivencia social se ha encontrado definida por esto desde la creación de la sociedad humana, la protección de la mayoría incluso ante el sacrificio de la minoría).

I'd rather die than give you control, grita una voz que desde siempre se ha situado en la franja de los que no importan, los pequeños, pero que con vehemencia claman su existencia y su actitud crítica frente a una sociedad que se ha dejado devorar por sus mismos instrumentos de control, el ejercicio del poder y la comunicación.

No creo que llevar este tema ante la banda sea sólamente para presumir que yo sí fui y ustedes no (salvo Leo, grande, muy grande mi buen Leonardo compañero cófrade), sino porque esto tiene que ver mucho con nosotros, porque mantenemos una postura crítica frente a los constantes embates de una sociedad que se ha encargado de, cada vez más, homogeneizar a los individuos, limitando las posibilidades de expresión, porque pertenecemos a ese pequeño grupo de los que no importamos, por la sencilla razón de que no pertenecemos a el común del rebaño, porque leemos (pecado casi capital en estos días), porque criticamos (consecuencia natural de la lectura, o sea reflexión), porque hacemos algo que ha quedado en el olvido: hablar, discutir, consensuar, pero al final mantenemos nuestra independencia de pensamiento y podemos sobrevivir con lo dicho y mantenernos de pie frente a la crítica.

Aurea mediocritas: la verdad se encuentra en el medio, pero cómo encontrar la sana medianía, el grial de la dialéctica?, buscando puntos de referencia, y para ello sirven las expresiones humanas, arte, ciencia, y todo lo que en medio se encuentra. Concluyo: gran punto de referencia el concierto, sabemos que el público mexicano cuando quiere consigue incluso una disculpa: en medio de Starfuckers Inc. (creo que no existen las casualidades), pero también consigue otra cosa, libertad para escoger que ver, hablar, escribir, leer, escuchar, pensar, y eso es quizá lo único que se necesita para vivir en sociedad. Sé que estas palabras pueden ser revertidas, porque en líneas anteriores censuro el mismo ejercicio de la libertad mediante la crítica implícita de productos mercadotécnicos carentes de valor alguno (salvo el comercial) y su derecho a existir como parte de la libertad a elegir, pero, vamos, ustedes saben que eso no debería existir...

My 2 cents.

Escrito por Chamai Khan el viernes 3 de junio
pero publicado extemporáneamente por un problema con su cuenta.

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