Planetary es un cómic de aparición semirregular creado por Warren Ellis y John Cassaday que empezó en 1999 y al momento tiene 21 números publicados. Es difícil tratar de ubicarlo dentro de un género debido a la variedad temática y diversidad de estilo utilizada por Ellis y Cassaday para contar las historias.
Planetary esta asentada en el Universo Wildstorm, en el que existen muchos grupos de superhéroes, y éste es un elemento clave en las historias de Ellis.
Pero en esta serie el autor no se limita a usar a los personajes ya existentes en dicho universo para contar sus historias, sino que añade nuevos mitos a ese panteón, enriqueciéndolo notablemente. En el primer número de la serie, que lleva como subtítulo la sugerente leyenda de Arqueólogos de lo Imposible, conocemos a Elijah Snow, un hombre frío (literalmente) y misterioso que es reclutado por una organización llamada Planetary.
Se trata de una fundación independiente dedicada a investigar fenómenos extraños o, como ellos mismos lo llaman, "descubrir la historia secreta del siglo XX". Para su primera misión, Snow acompaña a los otros dos integrantes del equipo de campo de Planetary, Jakita Warner y Drummer a investigar una montaña dentro de la cual se ha descubierto una construcción secreta.
En números subsecuentes las historias giran en torno a misterios relacionados con vertientes narrativas populares del siglo XX: monstruos gigantes, fantasmas, magia, traiciones policíacas, agentes secretos, viajeros espaciales o interdimensionales, instalaciones militares llenas de secretos, etc. Planetary es un viaje por la ficción del siglo XX en todas sus formas y medios, de mano de un autor apasionado por el tema.
Si nunca han leído este cómic pero alguna vez han sido aficionados a la ciencia ficción, fantasía, horror o suspenso, sería recomendable que le echasen un vistazo. Se podrían sorprender.
Y en cuanto a como fue que terminé como traductor y articulista de esta serie pese a no tener experiencia previa, podría parafrasear al propio Ellis: fue resultado de mi incapacidad para callarme la boca. Un amigo conocía a un colaborador de Grupo Editorial Vid, compañía con los derechos de cómics americanos para el mercado latinoamericano, quien en una ocasión mencionó que Vid tenía planeado publicar ediciones en español de dos títulos escritos por Ellis: Planetary y The Authority.
Todo mundo se mostró entusiasmado excepto yo. Tal vez porque yo era el más fan de Ellis de entre todos nosotros, o tal vez porque siempre he tenido la idea de que las traducciones de dicho grupo editorial son de la peor calidad, o quien sabe, tal vez se trataba de un cierto dejo de egoísmo porque dichas series serían puestas a disposición de un público que tal vez no estaba listo para apreciarlas. No lo sé.
El caso es que antes de que pudiera detenerme expresé algo en el tenor de :"si tan sólo tuviesen traductores decentes". La respuesta no la esperaba. "Todavía no tienen traductor. De hecho están pensando en conseguir a alguien externo". Mis amigos aprovecharon para lanzarme al ruedo. "Ándale, a ver si es cierto que muy salsa", "si lo haces tú ya no te podrás quejar" y demás frases por el estilo. Así que me proporcionaron el teléfono de un editor y unos cuantos días después me concedieron una entrevista.
Hablé con el editor y me dio fotocopias de un número de The Authority para que las presentase a manera de prueba. Hice la traducción, la entregué y pocos días después fui citado nuevamente. El trabajo era mío. Se me explicó el sistema de trabajo, se me dieron fechas tentativas de entrega y me mandaron a casa. Días después, al entregar los primeros números de ambas series, tuve oportunidad de platicar un rato con mi editor (quien por cierto era más joven que yo y tenía un conocimiento casi nulo sobre cómics).
Mientras comentábamos sobre Planetary me dí cuenta de que tampoco tenía el bagaje cultural suficiente como para apreciar las referencias y homenajes incluidos en la historia. Le expliqué brevemente algunas de las referencias y se emocionó bastante. Me preguntó si podría escribir un texto al respecto para mostrárselo a sus jefes. "Si les gusta", me dijo, "podríamos darte una columna mensual". Y, como dicen, el resto es historia.
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