martes, 24 de julio de 2018

El adiós de Comicverso

No sé qué tantos lectores queden en este blog, ni tampoco cuántos de ellos estén familiarizados con Comicverso, proyecto del que fui parte desde su lanzamiento en junio de 2006.

Al principio era un blog colectivo en el que colaboradores de distintos países escribíamos sobre cómics, con noticias, reseñas, artículos de opinión y temáticos. Con el paso del tiempo el entusiasmo decayó y pronto sólo escribíamos Esteban Pedreros, quien tuvo la idea original del nombre y concepto de Comicverso, y un servidor.



En julio de 2011, Esteban tuvo la idea de fortalecer el sitio con un podcast. Al inicio éramos tres los participantes: John Mejía, desde Bogotá, Colombia; Esteban desde Santiago de Chile, y yo, desde la ciudad de México. Desde el primer día hubo problemas técnicos y dificultades que sortear, pero con entusiasmo y trabajo logramos que saliera adelante. Las ocupaciones cotidianas de John lo obligaron a hacerse a un lado y pronto quedamos sólo Esteban y yo.

Desde un principio mi horario laboral causó muchos problemas y fue Esteban quien asumió la carga y responsabilidad de editar y publicar el podcast. Se trata de episodios largos, así que no es tarea sencilla, pero a pesar de ello es una labor que realizó por siete años y 155 programas, además de un puñado de especiales de cine y una decena de reseñas grabadas especialmente para los patrocinadores del Patreon que montamos en el útimo año para tratar de apoyar la continuidad del proyecto.

Pero todo ciclo tiene un fin, y hace unos días Comicverso finalmente alcanzó el suyo. En el último par de años pasamos muchos problemas para hallar horarios de grabación convenientes para ambos. Como resultado, la periodicidad regular que llegamos a tener hace un tiempo se perdió, y las nuevas ediciones se volvieron erráticas e inconsistentes por prolongados periodos. 

Sé que teníamos un número fiel de seguidores, personas que apoyaban el proyecto y que, aparentemente, lo disfrutaban. Así lo indican las estadísticas de reproducciones y descargas del podcast, y estoy muy agradecido con todos aquellos que nos acompañaron en algún momento a lo largo de estos siete años. Ofrezco también un reconocimiento especial a quienes llegaron a compartir los enlaces, o a recomendar nuestro trabajo entre sus amigos y conocidos.

No tienen idea de cuánto lo aprecio, y estoy seguro de que Esteban siente lo mismo. El agradecimiento se multiplica en el caso de aquellos que en algún momento hicieron algún donativo vía PayPal o a través del mencionado Patreon. En verdad, muchas gracias por el apoyo y el voto de confianza, y me disculpo por no haber hallado nunca el modo de resarcir de algún modo el apoyo económico que nos dieron.

El cierre de Comicverso duele de un modo que quizá no esperaba. Fueron siete años de podcast, precedidos por cinco más del blog, y algunos otros de foros de discusión en los que forjé una amistad a distancia tanto con Esteban como con otras personas de distintas partes del continente, misma que espero sea lo suficientemente fuerte como para trascender a este proyecto.

Por desgracia el desgaste siempre será acumulativo, y a pesar de que nunca se sintió como una carga, los múltiples problemas para su realización, los constantes obstáculos de tiempo y logística, o incluso las fallas técnicas, hacían que en tiempos recientes el entusiasmo no fuese el mismo de años atrás. Duele ver que llegue a su fin, sí, pero queda el consuelo de que termina antes de mostrar señas de cansancio. Y también está la persistente sensación de gritar al vacío.

Mencioné que teníamos escuchas regulares, y ocasionalmente había interacción con ellos en redes sociales. He tenido el gusto de conocer a algunos en La Mole y otros eventos, pero llegaban a pasar meses sin un comentario o correo. Y hace muchos años aprendí que eso genera la sensación de hablar solo, de hacer las cosas sólo por ego y porque te encanta escuchar tu voz. Y es una sensación que nunca desaparece del todo.

Pero más allá de eso, al menos de mi parte, es una cuestión de tiempo lo que estaba haciendo mella. Hace poco más de un año que trabajo como freelance, sin un horario fijo, pero también sin seguridad económica alguna. Así que si el trabajo llama, todo lo demás pasa a segundo plano. Si a eso le sumamos un persistente problema de salud relacionado con mis ojos, herramienta esencial para realizar mi trabajo y para disfrutar de casi todos mis hobbies, el tema se vuelve aún más complicado.

Esto último me ha hecho darme cuenta de que hay proyectos que no quiero seguir postergando, cosas que deseo hacer y de las que no me gustaría descubrir un día que ya no será posible. Por eso me pareció que era hora de decir adiós a algunas cosas y no mirar atrás.

Así que una vez más, gracias a todos.

Aquí les comparto el mini-episodio que Esteban publicó hace unos días a manera de despedida:

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