Mi 2017 fue un año de cambios, casi todos para bien. Me liberé de mucho lastre personal y pude quitarme de encima estrés que ni siquiera era consciente que cargaba conmigo. Durante la segunda mitad del año pude dedicar más tiempo a mis amigos y familia, así como a hacer cosas que disfruto. Escribir, dibujar, traducir. Realicé cosas de las que estoy orgulloso, aunque hubiera querido hacer más. Pero prefiero no apresurarme. Perdí muchos años postergando proyectos y no quiero apresurarlos, así que un paso a la vez.