Si son lectores de cómics, es probable que al escuchar el nombre de Jack Kirby lo primero que les venga a la mente sean imágenes de los Fantastic Four, Thor, Hulk, o Captain America, pero pocos saben que para cuando el talentoso artista ayudó a crear el Universo Marvel a inicios de los sesenta, tenía casi 25 años trabajando en la industria estadounidense del cómic.
Aunque nunca recibió entrenamiento formal como artista, durante su adolescencia atendió al Pratt Institute de Brooklyn, NY, durante una semana antes de convencerse que esa institución no estaba hecha para él. En 1936 empezó a dibujar tiras y caricaturas editoriales para el Lincoln Newspaper Syndicate, donde trabajó durante tres años.
Tuvo también un breve paso por el popular estudio de animación Fleischer, donde dibujaba las imágenes intermedias de la animación principal de Popeye, pero la monotonía y lo repetitivo del trabajo lo hartaron rápidamente. El joven artista probó suerte en la naciente industria del cómic, y pronto se convirtió en escritor y dibujante para Eisner & Iger, una de las primeras empresas dedicadas a producir cómics bajo pedido para distintas editoriales.
Sus primeros trabajos aparecieron publicados en las páginas de Wild Boy Magazine, donde realizó historias como The Diary of Dr. Hayward (ciencia ficción), Wilton of the West (western), The Count of Monte Cristo (aventuras), Abdul Jones (humor), Lone Rider (western), y Socko the Seadog (humor), donde mostró su versatilidad y capacidad para adaptarse a cualquier género.
Poco después Simon consiguió trabajo para ambos en Timely Comics, predecesora de Marvel, donde además de empleos asalariados, Simon como editor y Kirby como director artístico, ambos recibían el veinticinco por ciento de las ganancias generadas por su primera creación para la compañía: Captain America.
Convencidos de que Timely los estaba estafando al no reportar las cifras reales de ventas, Simon buscó un trato con la National Allied Publications, empresa que más adelante se convertiría en DC Comics. Al principio trataron de que ese trato fuera secreto y por algunos meses trabajaron de forma paralela para ambas compañías, pero cuando Martin Goodman, publisher de Timely se enteró, los echó luego de apenas diez números de Captain America Comics.
Para la National se encargaron, entre otras cosas, de revitalizar el concepto de Sandman, crearon la primera versión de Manhunter, y lanzaron dos exitosas series juveniles, The Boy Commandos, y The Newsboys Legion. En 1943 fueron reclutados para servir en la Segunda Guerra Mundial, y aunque su carrera se vio interrumpida por un par de años, habían preparado más de un año de material para ser publicado en su ausencia. Kirby sirvió en Europa como scout de avanzada, realizando mapas y bocetos de aldeas y villas para facilitar las operaciones de su batallón.
Inspirados por el éxito de revistas de confesiones amorosas, Simon y Kirby hicieron un número de prueba de Young Romance, y ofrecieron la serie a Crestwood Publishing, acordando no cobrar adelanto, pero quedándose con el 50% de las ganancias generadas por la revista. Ésta fue un éxito y para cuando llegaron al tercer número ya habían triplicado su tiraje original.
En poco tiempo su publicación pasó de ser bimestral a mensual. Young Love, una segunda serie en el mismo tono, tuvo un éxito similar, así que no fue sorpresa la decisión de lanzar un tercer título de romance: Young Brides in Love. A pesar de que pronto el mercado se llenó de imitaciones, el éxito de Simon y Kirby fue tal (vendían más de un millón de copias al mes de cada una), que ambos compraron casas en un agradable barrio de Long Island, en Nueva York.
Cuando Atlas Comics, sucesora de Timely, publicó una nueva serie de Captain America, el dúo creó al Fighting American a manera de competencia, pero en el segundo número lo convirtieron en una sátira del género de superhéroes. En 1954 crearon su propia compañía, Mainline Publications, con cuatro títulos regulares que cubrían los géneros más populares de la época: western, romance, crimen, y guerra, y publicaron por su cuenta por casi dos años. Poco después disolvieron su sociedad, pues Simon deseaba trabajar fuera de los cómics.
Problemas de distribución ocasionaron la cancelación de muchas series, por lo que el artista buscó refugio en DC, donde cocreó Challengers of the Unknown y contribuyó con historias para diversas antologías, ayudando a redefinir a Green Arrow, que hasta entonces era una burda imitación de Batman. En esa misma época Kirby lanzó Sky Masters of the Space Force, tira cómica de ciencia ficción donde era entintado por el también legendario Wally Wood.
Molesto con las prácticas editoriales de DC, Kirby regresó a Atlas en 1958 y trabajó en historias de toda clase de géneros. Sus historias más memorables de la época son las de monstruos, publicadas en antologías como Amazing Adventures, Strange Tales, Tales to Astonish, Tales of Suspense, o World of Fantasy, en las cuales mezclaba elementos de ciencia ficción, fantasía y temas sobrenaturales para crear algo nunca antes visto.
A pesar de su impresionante volumen de trabajo en esas primeras dos décadas de carrera, sería en los años siguientes que Kirby escribiría de forma definitiva su nombre en la historia al convertirse en uno de los arquitectos de la cultura popular del siglo XX. Pero esa maravillosa historia, además de ser de sobra conocida, es un tema que merece discutirse aparte.
Texto publicado en Comikaze #23 (mayo de 2014)
y recogido posteriormente en Comikaze.net
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