miércoles, 25 de julio de 2018

James Gunn y el problema de las falsas equivalencias

En días pasados se dio un escándalo por el despido de James Gunn por Disney y Marvel Studios, que deja al director y guionista fuera de Guardians of the Galaxy 3, película esperada para el verano de 2020. Se debió a una campaña orquestada por grupos de extrema derecha y Mike Cernovich, despreciable sujeto notorio por su defensa de hombres de las "feminazis" y acusar de pedófilos a sus "enemigos", y por sus estúpidas opiniones en temas como equidad de género, violencia de género y violación, y responsable de difundir teorías de conspiración y falsa información, como el Pizzagate de hace un par de años.

James Gunn fue despedido por tuits publicados hace años.

Cernovich se lanzó contra comediantes a quienes acusa de promover la agenda liberal de izquierda con sus mordaces críticas a Donald Trump, con cuya ideología comulga y se identifica. Sus blancos en los últimos meses han sido Patton Oswalt, Sarah Silverman y James Gunn. Su campaña "publicó" tuits que Gunn publicó entre 2008 y 2012, y lograron dejarlo sin empleo, pero no desprestigiarlo. Esos tuits eran chistes con un humor inaceptable para una figura del entretenimiento familiar, pero cuando Gunn los publicó era parte de la productora independiente Troma, famosa por su material diseñado para ofender y provocar a su audiencia.

Si tuviera que buscar una palabra para definir los tuits de Gunn, la primera que me vendría a la mente podría ser tontos o estúpidos, pero pensándolo con más calma me parece que lo correcto sería "inmaduros". Que también describe casi cualquier cosa hecha por Troma, así que eran congruentes. A primera vista, parecería que Disney no tenía otra alternativa que cortar lazos con Gunn, pero no estoy seguro de que ése fuera el caso. El director no ha publicado o tuiteado nada similar desde 2012, lo que indica que su conducta no ha sido impropia en ningún momento a lo largo de los años que tiene trabajando para Disney.

Hace años se disculpó por bromas similares publicadas en su blog personal años atrás, pero algunos argumentan que su disculpa no incluyó los tuits. Entonces aún no dirigía dos exitosas y multimillonarias producciones, y su presencia en Twitter carecía de la relevancia que tiene ahora, así que quizás no le dio importancia a mencionarlos. Disney tomó la salida fácil y cedieron a la presión de una facción de extrema derecha, sentando un peligroso precedente. Una vez concluida la compra de Fox, el estudio controlará el 45% del entretenimiento en cine, demasiado poder para dejarse manipular por la derecha intolerante.

Disney cometió el error de juzgar los casos de Roseanne Barr y James Gunn como equivalentes.

Lo ideal hubiera sido publicar una declaración que reconociera la existencia del material ofensivo, que seguro conocían antes de contratarlo, y decir que estaban conscientes del problema, pero también del crecimiento de Gunn, que no es la misma persona que años atrás y lo ha demostrado con acciones. Por desgracia el reciente caso de Roseanne Barr, exitosa estrella de TV cuyo programa se canceló hace unas semanas en ABC, filial de Disney, fue un precedente mal interpretado. A Roseanne la despidieron por comentarios racistas mientras trabajaba para Disney. No en el pasado, no hace ocho o diez años, sino en el presente.

Dichos comentarios son congruentes con Barr, famosa por su ideología de derecha ultraconservadora y abierto apoyo a los supremacistas blancos. Hay quien dice que sus comentarios también fueron chistes, pero en el caso del humor es importante tomar en cuenta el tono y la intención. El humor de Gunn y sus chistes de pedofilia eran estúpidos e inmaduros que buscaban el shock value, mientras que las bromas racistas de Roseanne son ataques disfrazados de humor. Dicho de otra forma, un chiste racista es un acto de racismo, pero un chiste de pedofilia nunca será igual a un acto de pedofilia. Por eso preocupa la reacción de Disney.

Fueron víctimas de una caso de falsas equivalencias, y más adelante eso les traerá serios problemas. En vez de hacer una declaración de principios, mostraron su vulnerabilidad ante chantajes de cierto sector de la opinión pública o, mejor dicho, de trolls. Buena parte de la industria del entretenimiento ha salido en defensa de Gunn y a pedir que Disney reconsidere. Los fans hicieron lo mismo y una petición en línea con casi 300,000 firmas urge a Disney/Marvel a recontratarlo. Me gustaría que pasara, pero es muy difícil. Las peticiones en línea son vistosas pero inefectivas, y plataformas como Change.org no cambian nada.

A diferencia de lo sucedido con Gunn, Dan Harmon contó con el apoyo de sus empleadores.

Si decidí tocar el tema fue porque este martes me enteré de otro caso similar, que a mi juicio muestra que Disney equivocó su respuesta. Otro blanco reciente de Cernovich y varios grupos de extrema derecha es Dan Harmon, creador de Rick and Morty y Community. Envalentonados por el éxito de su campaña contra Gunn, estos grupos hicieron circular un video grabado por Harmon en 2009. Este video era el piloto para una parodia de la entonces exitosa serie de TV Dexter, pero poco después de publicarlo, el propio comediante decidió removerlo y disculparse.

Ahora circula una grabación del video, acompañada de llamados a que Adult Swim despida a Harmon. Entre críticas y ataques, Harmon borró su cuenta de Twitter y emitió una declaración disculpándose otra vez por el video. Reconoce que fue de mal gusto y lamenta que alguien lo haya visto. Adult Swim emitió un comunicado que reconoce la existencia del video y afirma su convicción sobre la sinceridad de la disculpa de Dan y la certeza de que entiende que esa clase de humor no tiene cábida en su plataforma, por lo que no tienen problema en continuar su relación laboral. Sin duda una respuesta más inteligente y madura que la de Disney.

Pero ustedes, ¿qué opinan? ¿Hizo mal Disney en despedir a Gunn? ¿Es correcto que la gente sea juzgada y castigada por errores del pasado aún si hay evidencia de arrepentimiento y cambio?

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