Como se vea, Zoë Kravitz encaja en la definición de una nepo baby. Es hija de una estrella de rock y una famosa actriz, y por un tiempo fue hijastra de una estrella de cine. Mi problema con ese término es que ignora lo que en realidad cuenta: no importa cómo llegues a donde estás, sino lo que hagas para mantenerte ahí. Y su talento como actriz es indiscutible. Pero ahora desea probar suerte al otro lado de la cámara.
Y podemos estar seguros que no es un capricho pasajero. En 2017 empezó a trabajar en un guion entonces titulado Pussy Island, y en 2021, tras coescribir una versión final junto a E.T. Feigenbaum, anunció que sería su debut como directora. La filmación se realizó en locaciones de Yucatán y Quintana Roo en el verano de 2022, y aun antes de empezar a rodar ya había vendido los derechos de distribución.
En enero de 2024, ante resistencia por parte de la Motion Pictures Association of America (MPAA) y encuestas que indicaban rechazo al título entre el público femenino, se anunció como nuevo título Blink Twice (Parpadea Dos Veces). El elenco de la cinta lo forman Naomi Ackie, Channing Tatum, Christian Slater, Simon Rex, Adria Arjona, Haley Joel Osment, Kyle MacLachlan, Geena Davis y Alia Shawkat.
La historia sigue a un grupo de personas que son invitadas a pasar unos días en la isla privada de un multimillonario del sector tecnológico y explora lo que sucede en el apartado lugar. Frida (Ackie) es mesera en un negocio de catering y sueña con lanzar una línea de uñas de diseñador, y junto a su mejor amiga, Jess (Shawkat) logra infiltrarse en una fiesta del acaudalado Slater King (Tatum).
Ya lo han hecho antes, y entonces dejó una buena impresión en King. Una vez más logra atraer su atención, aunque él parece no recordarla. Platican largo y tendido, y al final de la noche, cuando el magnate se prepara para irse, invita a Frida y Jess a unirse al grupo que irá a su isla. Aun incrédulas ante su suerte, abordan un jet privado que los lleva hasta una paradisíaca mansión en medio de la jungla.
El primer tercio de la cinta parece un reality show que muestra los excesos y libertinaje del uno por ciento tras puertas cerradas: cócteles en la piscina, drogas de diseñador y lujosos banquetes cada noche. Pero cada mañana Frida despierta con la sensación de que algo anda mal, o de que está olvidando algo. Aun así, se une de vuelta al despliegue de celebración sin motivo que une a todos los invitados.
Pero todo cambia luego de que Jess es mordida por una serpiente y exige volver a casa. A la mañana siguiente no está en ninguna parte, pero nadie parece recordarla. Incluso Frida necesita cierta serie de recordatorios para recordar que no llegó sola a la isla. Al tratar de dar con el paradero de Jess, descubre un secreto que cambia todo, y ahora debe convencer al resto de las mujeres de que deben salir de ahí.
No puedo decir nada más de la trama sin estropear algunas de las sorpresas que esconde el guion, que pese a compartir elementos con películas recientes, como Glass Onion, The Menu o incluso Get Out, tiene una personalidad propia cuyo único defecto es tratar de hacer demasiado y con una variedad de tonos que llega a crear una sensación de inconsistencia que jamás desaparece del todo.
Por un lado la historia plantea una irreverente sátira social cuyo hermoso trabajo de cinematografía, obra de Adam Newport-Berra, parece emular la idea de una jaula de oro, al menos hasta que la película se transforma en un claustrofóbico ejercicio de horror que no rehuye al uso excesivo de sangre, y se niega a renunciar al oscuro humor que apenas puede ocultar la ira oculta debajo de todo lo demás.
Supongo que esa es la razón por la que las críticas negativas, mucho menos numerosas que las positivas, se enfocan en atacar a Kravitz, acusándola de "agitar el avispero" pese a no querer hacer nada al respecto, o diciendo que su película es una falsa denuncia feminista carente de propuestas. ¿Se imaginan creer que si no tienes la solución a un problema, sería mejor no decir que éste existe?
Pese a los cambios de tono y la inusual premisa que se revela tras un giro argumental, la trama no sólo funciona, sino que la mayoría tiene sentido. Y una parte importante para vender la idea radica en el gran elenco de la cinta. Ackie ha dado muestras de su talento antes, pero fuera de I Wanna Dance with Somebody, la biopic de Whitney Houston, éste es su primer protagónico, y hace un trabajo espectacular.
El sórdido séquito de King está formado por su mano derecha Vic (Christian Slater); su mejor amigo de la infancia y chef privado, Cody (Rex); el recién graduado y próxima estrella de la compañía de King, Lucas (Levon Hawke); y el DJ Tom (Osment), que parece ser la mascota del grupo. Además, Stan (Cris Costa), un ex marine que sirve como guardaespaldas personal de King, los sigue a todos lados.
En cuanto al "entretenimiento" llevado a la isla, además de Frida y Jess están Sarah (Adria Arjona), atlética y atractiva estrella de un reality show llamado Survivor Babes; Heather (Trew Mullen), una joven abogada; y Camilla (Liz Caribel), quien aspira a ser desarrolladora de apps. En la isla, además del personal de la finca, vive Stacy, hermana y asistente de King, quien permanentemente parece al borde de un colapso nervioso.
Mención aparte merece Kyle MacLachlan, quien interpreta a Rich, el supuesto terapeuta de King, cuyas frecuentes apariciones tanto en la fiesta como en la isla, no parecen aportar nada, más allá de sumar a la sensación de que cualquiera que sea el secreto de Slater y sus amigos, las mujeres están en peligro mientras sigan ahí, lo que sin siquiera acceso a sus propios celulares parece algo inevitable.
Tanto la situación planteada en la historia como el título original de la película me llevan a pensar que Epstein Island, el infame refugio del aún más infame tratante de blancas Jeffrey Epstein, estaba en la mente de Kravitz al concebir su historia, y no me sorprende que algunos se refieran a la cinta como un "Me Too thriller", en alusión al movimiento de resistencia y denuncia de las mujeres en el entretenimiento hace unos años.
De hecho, más allá de ideas como trauma y la importancia de la memoria al lidiar con él, uno de los temas centrales de la historia es la dinámica de poder, ya sea económico, racial o de género, en que los hombres blancos y ricos hacen lo que se les antoja con la gente a su alrededor, en especial las mujeres, y el tercer acto de la cinta es el consecuente acto de desafío y resistencia cuando las mujeres cobran consciencia de su situación.
Ese detalle de la historia me parece importante, pues más allá de que Kravitz muestra talento para construir de forma visual una historia e imbuir a su historia y personajes de características que reflejan situaciones del mundo a su alrededor, ese pequeño acto de rebeldía al seguir su premisa hasta sus últimas consecuencias me deja claro que posee algo todavía más importante para un realizador: algo que decir.
Blink Twice es una entretenida historia que por momentos no parece decidir si quiere ser una oscura comedia en tono de sátira de la sociedad contemporánea, o un thriller de suspenso y horror psicológico encaminado a provocar una sensación de shock sólo porque puede, pero eso es leerla de forma muy superficial. La verdad, me emociona averiguar qué sorpresa nos tiene reservada Kravitz para su segundo esfuerzo.
Absolutamente recomendada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario