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martes, 19 de octubre de 2021

The Omen (La Profecía, 1976)

Hace unos días comenté The Exorcist (El Exorcista, 1973), el clásico de horror dirigido por William Friedkin, y mencioné que su éxito abrió las puertas a la realización de películas de horror que, en un intento por replicar su éxito, habían imitado algunas de sus características, como es el caso de los elementos religiosos, y justo ése es el caso de The Omen (La Profecía, 1976), película escrita por David Seltzer y dirigida por Richard Donner.

Claro que The Exorcist no fue la primera película en tomar temas religiosos para contar una historia de horror y suspenso, pues de entrada habría que mencionar la excelente Rosemary's Baby (El Bebé de Rosemary, 1968), pero lo que hace de El Exorcista la película a imitar fue su inesperado éxito en taquilla, pues recaudó casi cuarenta veces su presupuesto.

The Omen marcó el despegue de la carrera de Richard Donner, director entonces conocido por su trabajo en televisión, y reunió a un elenco formado por Gregory Peck, Lee Remick, David Warner, Harvey Spencer Stephens, Billie Whitelaw, Patrick Troughton, Martin Benson y Leo McKern.

La película cuenta la historia de Damien (Stephens), un niño criado por Robert (Peck) y Katherine Thorn (Remick), luego de que su bebé murió poco después de nacer. Robert, sin que su mujer lo supiera y a petición del capellán del hospital (Benson), accedió a cambiar al niño muerto por un bebé que perdió a su madre al nacer, hecho sobre el que no trató de averiguar más detalles. Cinco años después, Robert es nombrado embajador y los Thorn se mudan al Reino Unido.

Poco después empiezan a ocurrir extraños incidentes a su alrededor, incluyendo violentas y misteriosas muertes, un rottweiler que acecha la casa donde viven, y una enigmática niñera (Whitelaw) que parece ocultar más de un secreto. Con un cura (Troughton) que intenta advertirle del peligro que el niño representa y un fotógrafo (Warner) que, intrigado por las muchas muertes a su alrededor investiga el caso y le presenta evidencias, Robert admite la posibilidad de que su hijo sea el Anticristo pero, ¿podrá hacer algo al respecto?

A diferencia del grandilocuente argumento de The Exorcist, una de las grandes fortalezas de The Omen es su trama sencilla y directa, que se apoya más en la construcción de suspenso detrás de la diabólica conspiración en el corazón de su trama que en reflexionar sobre el estado de su alma inmortal. Donde Friedkin y Blatty mostraban la lucha por el alma de una inocente, Donner y Seltzer ponen en la balanza el destino de la humanidad, y quizá eso sea parte de las razones para que la historia haya envejecido tan bien.

Gregory Peck interpreta al embajador Thorn con la solemnidad que el cargo amerita, e incorpora eI necesario aire de figura paterna que se resiste a aceptar la verdad hasta el último momento. De modo similar, Remick logra un gran balance entre la madre amorosa que se preocupa por su hijo y la aterrorizada mujer que sabe que su vida corre peligro mientras se mantenga cerca de él. Warner y Troughton tienen papeles más limitados, pero hacen una gran labor, y el joven Stephens resulta simplemente espeluznante.

En ese sentido, me parece pertinente hacer la misma observación que con El Exorcista en el sentido de que lo que hoy día entendemos como horror es bastante diferente del concepto quese tenía de este género en los 1970, además de que la historia misma hace un gran trabajo en concentrarse en crear un tenso y ominoso suspenso que incrementa su intensidad conforme avanza la historia hasta llegar a una satisfactoria y perturbadora conclusión que hacefácil entender el por qué de las secuelas o el remake de hace 15 años.

También me parece importante mencionar el excelente soundtrack de Jerry Goldsmith, que de forma muy astuta incorpora una ominosa sección coral llena de cantos en latín que hacen alusión a la diabólica amenaza que pende sobre la humanidad, lo que resulta en una oscura imitación de música sacra que ayuda a crear la atmósfera ideal para hacer aún más efectivo este inteligente y bien realizado thriller de suspenso. De hecho, esta banda sonora le valió al respetado compositor el único Oscar de su carrera.

La historia bebe de las mismas fuentes que Rosemary's Baby y The Exorcist, y aunque Seltzer se inventó mucha de la mitología empleada en su historia, toma elementos del folklore popular y los entremezcla con sus creaciones de una forma convincente y cargada de solemnidad, reforzada por las excelentes actuaciones de su elenco principal que, bajo la sólida dirección de Donner ayudan a construir un clásico contemporáneo que en muchos aspectos se ha vuelto parte del imaginario popular colectivo.

Por ejemplo, fue gracias a esta película que se popularizó el concepto de que el triple seis es el símbolo del demonio, y también es la única fuente que afirma que el Anticristo es hijo de Satanás, pues la Biblia da a entender que se trata de un humano cualquiera que es un mero seguidor del diablo, y no su progenie, aunque hoy día incluso gente religiosa está convencida de que el día del juicio llegará cuando el hijo del diablo se manifieste entre los mortales para cumplir con las antiguas profecías.

La película está llena de escenas memorables, y el ágil ritmo narrativo empleado por Donner ayuda a ignorar los expositivos diálogos, además de que, a pesar de las violentas y numerosas muertes que aparecen a lo largo de la historia, mantiene su representación visual lejos del gore que tan popular se volvería pocos años después de su estreno. Aunque la recepción de la crítica fue mixta el éxito en taquilla es innegable, pues con un presupuesto de menos de 5 millones, la película recaudó más de 60 sólo en EEUU y Canadá.

Es difícil creer que The Omen es una película del mismo director que en los años siguientes se haría famoso gracias a películas como Superman, The Goonies o Lethal Weapon (Arma Mortal), pero eso es mero testimonio de la gran capacidad del talentoso realizador fallecido hace unos meses. ésta es una de las pocas películas a las que nadie puede discutir el calificativo de clásico, y si nunca la han visto les recomiendo buscarla y darle una oportunidad, pues se trata de una película bastante recomendable.

2 comentarios:

  1. Una de las escenas que más se me quedó grabada al verla por primera vez fue en la tercera parte de The Omen, donde Demian se avienta su monólogo hablando con la imagen de Jesucristo, y le dice que hundirá aún más las espinas de la corona en su cráneo, mientras le agarra la cabeza.

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    1. No soy muy fan de las secuelas, aunque tienen sus momentos, y ése definitivamente es uno de ellos.

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