Acerca del autor

miércoles, 8 de diciembre de 2021

Locke & Key, temporadas 1 y 2 (2020 - 2021)

Tras la explosión de popularidad de las adaptaciones de cómics, éstas se han vuelto cada vez más comunes tanto en cine como en televisión o streaming, y por fortuna hace mucho dejaron de limitarse a historias de superhéroes. Por ejemplo, Locke & Key es una serie original de Netflix basada en el cómic de Joe Hill y Gabriel Rodríguez. La primera temporada se estrenó en febrero de 2020, y la segunda en octubre de este año. Aunque no había escrito nada sobre ella, si comenté la primera en un episodio del Podcast Comikaze.

La serie fue desarrollada por Carlton Cuse, Meredith Averill y Aron Eli Coleite, y todos ellos han colaborado con algunos guiones para episodios de ambas temporadas. Cada una de éstas comprende diez episodios, y unos días antes del estreno de la segunda Netflix confirmó que había renovado la serie para una tercera temporada, que habrá de estrenarse en algún momento de 2022. Hill y Rodríguez sirven como productores ejecutivos, y el escritor fue coautor del guion del primer episodio.

El elenco de la serie está formado por Darby Stanchfield, Connor Jessup, Emilia Jones, Jackson Robert Scott, Laysla De Oliveira, Petrice Jones y Griffin Gluck, entre otros, y la trama sigue de forma muy vaga la del cómic que la inspiró, además de que existe una notoria diferencia en tono, pues Hill y Rodríguez crearon una historia de fantasía oscura y horror con tintes de misterio, pero la serie dio más fuerza a los elementos de fantasía y misterio y relegó el horror a segundo plano, lo que molestó a algunos aficionados del cómic.

La historia sigue a la familia Locke, que se muda desde Seattle al pequeño pueblo de Matheson, en Massachusetts, luego de la muerte de Rendell Locke (Bill Heck), un maestro de preparatoria que fue asesinado por uno de sus alumnos. Su viuda Nina (Stanchfield) y sus hijos, los adolescentes Tyler (Jessup) y Kinsey (Jones), además del pequeño Bode (Scott), se mudan a la vieja mansión de los Locke, una enorme casona gótica conocida como Keyhouse, donde Rendell creció pero de la que hablaba muy poco. 

Pero la imponente mansión parece ser sólo el más obvio de los secretos de los Locke, pues además de un tío (Ashmore) que no parece recordar nada de los años en que vivió ahí con su hermano, los muchachos pronto descubren el más grande secreto de la familia: llaves mágicas. Hechas de un metal que parece susurrar para ser encontrado, pero que por alguna razón los adultos no pueden escuchar. Con ellas pueden hacer toda clase de cosas asombrosas, desde controlar a otros hasta poder trasladarse a cualquier lugar.

Además, hay algo viviendo en el fondo del pozo detrás de la casa, un eco con forma humana que se hace llamar Dodge (De Oliveira), a quien Bode deja escapar sin saber que se trata de un ente de otro mundo que conoce el secreto de las llaves y que hará hasta lo imposible por conseguirlas para controlar todo el poder que representan, y no se detendrá ante nada para alcanzar sus fines, incluso si eso significa matar, manipular a otros, o hacerse pasar por un adolescente para conquistar a Kinsey.

La primera temporada se enfoca en la construcción de mundo, además de que sienta las bases para ir poco a poco desarrollando a los personajes, ahondando en la forma en que los Locke lidian con el duelo por la muerte de Rendell e intentan adaptarse a su nuevo hogar y la comunidad que les rodea. Bode, como el menor de ellos y quizá el que tiene más libertad para explorar la casa y sus alrededores es el responsable de hallar la mayoría de las llaves, aunque su inocencia también lo hace servir de forma involuntaria a ayudar a que Dodge avance en sus planes.

La segunda temporada ahonda en los planes de Dodge, que ahora cuenta con un aliado en forma de una chica poseída por un demonio del otro mundo, además de que aprovecha la construcción de mundo y personajes realizada antes para avanzar toda clase de dramas interpersonales mientras los Locke y sus seres queridos o amigos cercanos se dan cuenta de que Dodge los ha estado manipulando. En ese sentido, si la primera temporada se enfoca en los aspectos de fantasía y misterio de la historia, la segunda retoma un poco de horror, aunque se siente más dispersa.

Hacia la parte media de la temporada la trama principal atraviesa un pantanoso momento que no es extraño en historias de misterio en formatos largos, cuando los responsables de contar la historia llegan al punto en que deben ofrecer algunas respuestas, pero no se deciden a hacerlo del todo, y eso afecta el ritmo narrativo de la serie, creando la sensación de que la historia perdió fuerza y rumbo. Por fortuna la historia corrige el rumbo y cierra de forma mayormente satisfactoria su arco narrativo mientras siembra la semilla de lo que vendrá más adelante.  

Aunque entiendo la frustración de algunos de los aficionados al cómic con que la serie se haya desviado de la trama original, o que se enfatizaran otros aspectos de la historia, no la comparto, pues me parece importante recordar que cómics y televisión son medios distintos y en los que la narrativa hace uso de herramientas diferentes, que hacen casi imposible realizar una traslación literal de una historia de un medio al otro sin hacer cambios, y aunque hubiera sido genial ver realizadas algunas escenas del cómic, la serie ha tenido momentos memorables.

Algunos cambios fueron cosméticos y otros surgieron por necesidades creativas, sin ignorar las decisiones conscientes en busca de dar una personalidad propia a la serie. Por ejemplo, en el cómic el pueblo se llama Lovecraft, que es un guiño al lector que apunta a que las cosas no son lo que parecen y puede haber algún obscuro secreto bajo la superficie. En la serie el nombre se cambia a Matheson, que se mantiene como una referencia a la literatura fantástica pero sin tratarse de algo tan obvio como el nombre original.

Carlton Cuse (Bates Motel) como Meredith Averill (The Haunting of Hill House) saben lidiar con historias de misterio y elementos perturbadores, o hallar nuevos giros a viejas ideas, y aunque no todo lo que intentan funciona, hay suficientes cosas positivas como para que valga la pena sumergirse en este mundo sin importar si conocen el cómic que lo inspiró. Y si lo conocen y se sienten traicionados, pueden abandonarla en cualquier momento. El cómic en sus cajas o libreros los estará esperando cuando quieran revisitarlo.

En lo personal adoro el cómic, pero es una historia que ya conozco, así que no me molesta que alguien más intente hacer algo nuevo con sus ideas o mitología. Si bien lamento un poco que la segunda temporada haya dejado en segundo plano los dramas interpersonales y parte del aura de misterio que dieron forma a la primera temporada a cambio de lograr un ritmo más ágil y emocionante, la labor del carismático elenco ayuda a mantener un buen nivel, y confío en que la tercera temporada hallará un mejor balance.

Locke & Key es una entretenida serie de misterio con tintes de horror y fantasía oscura que entremezcla elementos que parecen reminiscentes de otras historias, pero un buen elenco que da vida a un grupo de personajes bien construidos y una sólida historia central con suficientes giros argumentales para mantenerse impredecible y siempre en movimiento bastan para hacer de esta una grata experiencia para cualquier aficionado a la fantasía y el horror. Bastante recomendable, aunque con reservas para los puristas.

2 comentarios:

  1. El problema es que rara vez cumplen esas adaptaciones con ser suficientemente aceptables.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. En mayor medida es una cuestión de expectativas, y creo que a veces la gente no entiende que hay cosas que no puedes trasladar directamente de un medio a otro y hay que aprender a apreciar cada versión por su cuenta. En ese sentido, Locke & Key me parece una buena serie, con mucho espacio para mejorar. La cosa es que el cómic es excelente, y en la comparación siempre va a perder.

      Borrar