El cómic estadounidense atraviesa un momento rico en diversidad. Incluso las series regulares de Marvel y DC comparten espacio con títulos propiedad de sus autores, pero no siempre fue así. Dark Horse Comics, una de las editoriales que ayudaron a que el medio se desarrollara y llegara a su estado actual, celebra este 2016 su 30 aniversario, por lo que es un buen momento para repasar su historia.
El comienzo
Es imposible hablar de Dark Horse sin hacerlo también de su dueño y fundador, Mike Richardson. Nativo de Portland, Oregon y graduado con una licenciatura en artes, en 1980 fundó una librería y tienda de cómics llamada Pegasus Books, que pronto se convirtió en una cadena con tiendas en varias ciudades del noroeste de Estados Unidos. A lo largo de los años formó amistad con escritores y dibujantes, de quienes aprendió mucho sobre las prácticas de la industria del cómic estadounidense.
Una de los principales malestares de los autores era la falta de control sobre sus creaciones, que eran propiedad de la editorial para la que estuviesen trabajando. Aunque desde la década anterior hubo intentos por establecer a los autores como propietarios de su trabajo, eran aislados y no siempre exitosos.
En 1986, con ayuda de su amigo, el escritor Randy Stradley, Richardson usó los recursos generados por sus tiendas para fundar una pequeña editorial con la idea de dar a los autores un espacio para trabajar sin tener que renunciar al control de sus ideas. En julio de ese año apareció el primer número de Dark Horse Presents, una antología que combinaba historias cortas con serializadas, de entre las que destacaba Concrete, de Paul Chadwick.
El acuerdo con los colaboradores del título les otorgaba todas las ganancias generadas una vez cubiertos los costos de impresión y distribución. Los cálculos de la editorial indicaban la necesidad de vender 10 mil ejemplares para cubrir sus gastos, así que al lograr ventas de 50 mil copias se pudo dar inicio formal a las operaciones de una de las editoriales de cómics más importantes de Estados Unidos.
En 1987, Concrete fue la primera historia en pasar de las páginas de Dark Horse Presents a su propia serie, algo que a lo largo de los años ocurriría con varios seriales. La obra de Chadwick fue un éxito de crítica y ventas, y con el paso del tiempo ha acumulado muchos premios, incluyendo nueve Eisner.
De la pantalla al cómic
Richardson apuntaló el negocio al adquirir licencias. En 1988 lanzó con gran éxito Aliens, seguida poco después por Predator. Los cómics basados en películas y series de televisión no eran nuevos, pero Dark Horse hizo algo que nadie había intentado: tomarlos con seriedad. En vez de historias sin peso dramático y producidas al vapor, contrató escritores y dibujantes de primer nivel para desarrollar secuelas de las películas o programas en que estaban basadas. Esos títulos eran populares entre fans de las franquicias y lectores casuales, y la reputación de Dark Horse como alternativa de calidad siguió a la alza.
En 1991 su catálogo de licencias sumó una que fue parte esencial de la editorial por más de 20 años: Star Wars. Partiendo con la miniserie Dark Empire, que ocurría seis años después de la batalla de Endor, Dark Horse ayudó a revivir el interés por la franquicia, incluso antes de que se anunciara la trilogía de precuelas. Junto a las novelas y juegos de rol de la época, esos cómics dieron forma a lo que se conocería como el Universo Expandido, reconocido como parte oficial de la saga hasta 2014.
El éxito de los cómics de licencia de Dark Horse fue tal que pronto se convirtieron en el socio de elección para muchas compañías, y a lo largo de los años el sello ha producido material de Buffy the Vampire Slayer, Serenity, Dollhouse, Mass Effect, Conan, y muchísimas otras propiedades de cine, televisión, libros y videojuegos.
Santuario autoral
El trato ofrecido en Dark Horse Presents convirtió a la editorial en una atractiva opción para autores con proyectos propios, a la vez que atrajo nombres de peso como Frank Miller o John Byrne. Durante los años 80, Miller dejó huella a su paso por Marvel y DC y se dio un respiro entre 1988 y 1989. Llegó a Dark Horse en 1990 con dos proyectos como escritor: Give Me Liberty, con Dave Gibbons; y Hard Boiled, con Geoff Darrow. El éxito de ambos fue tal que su siguiente proyecto en solitario también se publicó ahí, pues en junio de 1991 comenzó a serializar Sin City en las páginas de Dark Horse Presents.
Tres meses después, el mismo título vio el debut de Next Men, proyecto de John Byrne, quizás el único autor capaz de rivalizar con el éxito y popularidad de Miller durante la década anterior. Las puertas estaban abiertas a otros autores deseosos de trabajar en material propio. En 1992 Matt Wagner recuperó los derechos de Grendel y llevó a su personaje a Dark Horse, donde desde entonces han aparecido tanto historias nuevas como reimpresiones de su material anterior.
John Byrne’s Next Men también se convirtió en serie regular, y fue en sus páginas que, en 1993, debutó Hellboy, creación de Mike Mignola que meses después se graduó a su propia serie y que a la fecha es uno de los estandartes de la editorial. En 1996, Usagi Yojimbo se sumó a la editorial con Space Usagi, miniserie de ciencia ficción en que un descendiente del personaje original corría aventuras en el espacio. Meses más tarde, Stan Sakai inició una serie regular que continuaba las aventuras publicadas hasta entonces por Fantagraphics.
Otros autores notables que han publicado a través de Dark Horse son Art Adams (Monkeyman and O’Brien), Mike Allred (Madman), Sergio Aragonés (Groo), Bryan Talbot (The Tale of One Bad Rat, The Adventures of Luther Arkwright), P. Craig Russell (Ring of the Nibelung), Gerard Way y Gabriel Bá (The Umbrella Academy), Eric Powell (The Goon), Brian Woods (The Massive), Matt Kindt (Mind MGMT), Greg Rucka (The Veil), Michael Avon Oeming (The Victories), Steve Niles (Criminal Macabre), Tom Morello (Orchid) y Guillermo del Toro (The Strain).
Para destacar sus cómics de autor, la editorial creó un sello dónde agruparlos. Legend nació en 1994 con una impresionante alineación que incluía a Miller, Byrne, Mignola, Adams, Chadwick, Gibbons, Darrow y Mike Allred, a quienes se unirían otros más. El sello se disolvió en 1998 y fue sustituido al año siguiente por Maverick, que mantenía la misma idea de agrupar los títulos de autor, pero enfatizando la diversidad de voces. Para reforzar el concepto, se invitó a cada artista a que diseñase su propia versión del tradicional logo de la editorial, un caballo de ajedrez.
Diversidad global
Desde los inicios de Dark Horse el manga fue una pieza importante, comenzando con Godzilla: King of the Monsters, publicado en 1987. Durante la década siguiente, Mike Richardson realizó frecuentes viajes a Japón para consolidar alianzas, y gracias a ello su línea de manga ha contado con series tan importantes y populares como Akira, Lone Wolf and Cub, Astroboy, Ghost in the Shell, Blade of the Immortal, Gunsmith Cats, Oh my Goddess!, Trigun, Vampire Hunter D, Gantz, o Magic Knight Rayearth, además de las adaptaciones manga de la trilogía original de Star Wars.
El cómic europeo también tuvo cabida en la editorial, que en 1989 lanzó Cheval Noir, una antología que recogía obras de reconocidos autores del viejo continente, y la cual acumuló un total de 50 números, cesando su publicación en 1994. Algunas historias de Moebius aparecieron ahí antes de convertirse en series individuales, y recientemente se anunciaron planes para rescatar el catálogo del legendario autor francés en una colección de lujo.
En 2006 empezaron a aparecer títulos de manhwa (cómic coreano), publicados bajo ese apelativo por primera vez en occidente, donde anteriormente se les publicitaba como manga, lo que nunca fue del agrado de sus autores. A pesar de no gozar de la misma popularidad que su contraparte japonesa, la línea de manhwa de Dark Horse se ha ganado un importante nicho en el mercado, acrecentando la reputación del sello como proveedor de diversidad en entretenimiento gráfico.
Más allá de los cómics
Desde sus inicios Dark Horse tuvo una estrecha relación con Hollywood. Además de los tratos para cómics de licencia, algunos productores veían al medio como potencial fuente de historias. Para involucrar a los autores en el desarrollo de películas, Richardson se volvió productor. Con ayuda de Larry Gordon (con quien coprodujo la cinta Dr. Giggles) fundó en 1992 Dark Horse Productions (después Dark Horse Entertainment) y produjo dos películas basadas en cómics que cocreó: Timecop y The Mask. Desde entonces, la empresa ha participado en más de 30 proyectos para cine y televisión.
Dark Horse Deluxe inició operaciones en 1998 para producir mercancía relacionada con sus propias publicaciones, pero pronto se expandió también a explotar otras franquicias de videojuegos, cine y televisión, ofreciendo gran variedad de productos de alta calidad y ediciones limitadas de juguetes, esculturas, camisetas, loncheras y demás parafernalia.
El futuro
En 2011, para celebrar el 25 aniversario de la compañía, Dark Horse lanzó una aplicación para la distribución digital de sus cómics. Además de la tienda virtual en su página web, logró un acuerdo para distribuir sus títulos a través de iTunes, lo que los colocó a la vanguardia de una herramienta de distribución que hoy día es parte fundamental del modelo económico del cómic norteamericano.
En 2014, tras perder la licencia para publicar cómics de Star Wars, mucho se especuló sobre el futuro de Dark Horse, pero es un hcho que la compañía se ha ganado un lugar en el mercado, y aun si no tiene algún título que pueda igualar la popularidad de aquella franquicia, el enfoque que la caracteriza desde sus inicios de en abrazar y promover la diversidad apunta a que seguirá siendo parte importante de la industria por varios años más.
Una versión de este texto se publicó en el #30 de Revista Comikaze, en mayo de 2016
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