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viernes, 25 de diciembre de 2020

Diez cosas que... día 24: Juegos

Sigo con la puesta al día de la dinámica propuesta por Raquel Castro de hacer una lista diaria a lo largo de diciembre. Las ocupaciones de Raquel provocaron un retraso y sin temas yo no podía hacerlas, pero estoy recuperando el tiempo perdido y ya llegamos al día 24. Si desean saber más de la dinámica, Raquel lo explicó en su sitio. Síganla en Twitter como @raxxie_ y compartan sus listas con #raxxiechallenge. Pondré las mías allá, pero sin hacer hilos, así que si no caben en un tuit estarán completas sólo acá, junto con comentarios adicionales.


El tema designado para el día 24 es

Diez juegos que han sido mis favoritos

Aquí voy a omitir las "cascaritas", pues crecí en una privada muy amplia, que era como un gigantesco patio, y muchos vecinos de edades cercanas a la mía, así que muchos de mis juegos favoritos de la infancia eran versiones informales de fútbol, béisbol y tochito. La lista entonces será una mezcla de juegos de mesa, videojuegos y tal vez algún juego de patio.

  1. Canicas (hoyito). Si no estaba jugando algún "deporte" de los mencionados arriba, lo más probable es que parte de mi tarde la haya pasado paseando en algún montable (triciclo, avalancha o patín del diablo) o jugando canicas.
  2. Parkasé. Los juegos de mesa también eran una constante en casa. Desde oca, serpientes y escaleras, damas, damas chinas hasta batalla naval o varios otros. Supongo que en una época mis favoritos fueron el Parkasé y el Turista Mundial, pero debido a lo largo del juego en el segundo daré la mención al Parkasé.
  3. Lince. La combinación de memoria y una habilidad visual para buscar cosas me hacía realmente bueno en este juego, lo cual sacaba de quicio a mis primos y hermanos.
  4. Moon Patrol. Mi primera consola de videojuegos fue un Atari 2600, y hay muchos juegos que recuerdo con cariño, pero hubo un tiempo en que éste fue casi una obsesión.
  5. Ajedrez. Lo empecé a jugar de forma regular en la secundaria, y en el bachillerato me resurgió el gusto luego de que improvisamos un club de ajedrez para aprovechar el tiempo mientras esperábamos a un impuntual profesor que nos hacía aguardar entre 25 y 50 minutos. El reciente estreno de The Queen's Gambit me trajo muchos buenos recuerdos.
  6. Mortal Kombat II. Tras años de no jugar videojuegos, éste fue con el que volví luego de una mudanza. Un vecino de mi edad tenía un SuperNES (yo me salté al menos toda la generación anterior de consolas), y solíamos jugar esto al menos un par de veces por semana.
  7. Tom Clancy's Rainbow Six: Rogue Spear. En el 2000 un grupo de amigos se mudaron a un departamento bastante céntrico, y éste se convirtió en punto de reunión para los sábados por la tarde/noche. Éste era un first person shooter que en Dreamcast admitía hasta cuatro jugadores. Nosotros jugamos una variante no incluida: versus. Hacíamos equipo de dos, poníamos un enorme cartón frente a la tele, para dividir la sala en dos, y jugábamos retas por parejas.
  8. Looney Tunes: Space Race. Otro juego recurrente en aquellas reuniones era una carrera entre los populares personajes animados a bordo de pequeñas naves de carreras. Éste es uno de los casos en que el doblaje lo hacía más divertido. ¿Como no reírte cuando el insulto favorito de Bugs y sus amigos, al menos en este juego, era un "¡tu hermano se come los mocos!"? 
  9. Burnout: Revenge. Siempre me gustaron los juegos de carreras, pero lo que hacía distinto a éste es que ponía énfasis en destruir otros autos durante la carrera. El anterior en la lista hacía algo similar, pero no es lo mismo tirarle un yunque o un elefante a tu rival, o arrojar un agujero instantáneo enfrente de él, que sacar a alguien del camino o provocar que se estrelle contra un muro, otro auto, o un trailer. Era muy catártico.
  10. SoulCalibur. Cualquier versión. Es el único juego que me ha sacado dos veces de mi "retiro" como videojugador (en Dreamcast y PS2). Ya antes mencioné mi afición por las espadas, ¿verdad?

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