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miércoles, 9 de septiembre de 2020

Cobra Kai (YouTube Red - Netflix)

Para quienes fuimos niños durante la década de los 1980, Karate Kid tiene un significado especial. Admítanlo, todos los que vieron esa película pasaron semanas practicando cómo hacer la patada de la grulla (o de la garza, según a quién le pregunten). Por eso no es sorpresa que la película haya sido objeto de un (mayormente olvidable) remake. Lo que si es sorpresa en la aparición de una secuela que ocurre más de treinta años después, y centrada en Johnny Lawrence, el antagonista de la película original.


Cobra Kai es una serie creada por Jon Hurwitz, Hayden Schlossberg y Josh Heald que se estrenó en 2018 a través de YouTube Red con una temporada de diez episodios, a la que siguió una segunda de la misma extensión en 2019, gozando de gran aceptación tanto de crítica como de audiencia. Hace unos meses se anunció que Netflix había adquirido la serie para producir una tercera temporada, la cual habrá de ver la luz en 2021, pero por lo pronto, hace unos días aparecieron en el popular servicio de streaming las dos temporadas existentes.

Johnny Lawrence (William Zabka), quien fuera dos veces campeón juvenil de Karate del Valle de San Fernando antes de perder ante Daniel LaRusso (Ralph Macchio) en 1984, tiene un empleo de medio tiempo en reparaciones domésticas y lleva una solitaria y vacía existencia. Vive en un modesto complejo de apartamentos en Reseda, lejos de los lujos y comodidades de que gozó en su juventud gracias a su acaudalado padrastro. Tiene un hijo adolescente, Robby Keene (Tanner Buchanan), con quien nunca ha tenido una buena relación, razón por la que el joven lleva el apellido de su madre.


Tras perder su empleo, Johnny se emborracha en la calle, pero es testigo de como un grupo de bullies molesta a Miguel (Xolo Maridueña), su vecino adolescente, y pese a no tener deseos de involucrarse termina por defender al chico usando su karate. El chico queda impresionado y le suplica que le enseñe, pero se niega. Al darse cuenta de que no tiene muchas opciones, decide revivir el dojo Cobra Kai y toma a Miguel como su primer estudiante. Aunque Johnny parte de los mismos principios violentos y agresivos que aprendió de John Kreese, desea hacer las cosas de un modo distinto.

Poco después Miguel inicia una relación con Samantha (Mary Mouser), la hija adolescente de Daniel, ahora el exitoso dueño de una cadena de agencias automotrices. Las cosas se complican cuando este último descubre que Johnny reabrió Cobra Kai, y la incapacidad de ambos de dejar atrás el pasado y dar vuelta a la página los lleva a retomar su vieja rivalidad. Mientras tanto, Robby es contratado como asistente de limpieza por Amanda (Courtney Henggeler), la esposa de Daniel, y poco después empieza a entrenar karate con éste, sin revelar de quién es hijo. La serie explora la relación entre los antiguos rivales y el triángulo amoroso que se da entre los tres adolescentes.


Vi la primera temporada cuando se estrenó en YouTube, pero no había visto la segunda, así que aproveché su llegada a Netflix para ver ambas de corrido. He visto a mucha gente que argumenta que la serie transforma el paradigma de Karate Kid al mostrar a Daniel como el verdadero villano, pero me parece que no sólo es una simplificación de la trama, sino que además es una percepción equivocada.

Johnny ha tenido una vida difícil, sí, pero no es una mera víctima de las circunstancias, pues en realidad todos sus problemas vienen como producto de tomar las decisiones equivocadas. En el caso de Daniel, ahora tiene la vida cómoda y exitosa que siempre soñó, y eso lo ciega un poco a la situación de los demás, sin que ello lo convierta en alguien malo. En su caso, sus problemas surgen cada vez que intenta hacer lo correcto pero sin pensar en las consecuencias de cada acto realizado.


La serie amaga en más de una ocasión con resolver de forma madura las diferencias entre Johnny y Daniel, pero siempre sucede algo que lo impide. Las complicadas relaciones de amistad y románticas que se dan no sólo entre sus hijos y protegidos, sino también entre los alumnos que ambos toman, complican las cosas todo el tiempo, y cada malentendido se convierte en una bola de nieve que escala los problemas. Y la aparición de algunos espectros del pasado no hace más que empeorar las cosas.

La serie hace un gran trabajo al centrar todo en las relaciones personales. El desarrollo de los protagonistas se siente orgánico, y la exploración del hibris que arrastran los dos viejos rivales ofrece muchas oportunidades de reflexión. Las actuaciones son sólidas en todos los frentes, no sólo del vasto grupo de protagonistas, sino del extenso elenco de apoyo que los rodea. Los realizadores de la serie hallaron además el modo de llenarla con referencias y guiños no sólo a las películas de la saga, sino a la cultura pop ochentera en general, empezando por la música.


El único pero que le encuentro a la serie es muy menor. Sospecho que hace mucho existía la idea de hacerla, pero decidieron no complicar las cosas al poner las acciones diez o doce años en el pasado. Lo digo porque, de acuerdo a la historia misma, Daniel venció a Johnny en la final del torneo de 1984. Era el último año de elegibilidad de Johnny tras haber ganado las dos ediciones anteriores, lo que quiere decir que estaba por cumplir 18 años. Daniel ganó dos años consecutivos, lo que implica que compitió al año siguiente, lo que lo haría un año menor que Johnny. 34 años después, Johnny tiene 51 años y Daniel 50. ¿Cómo es que ambos tienen hijos de sólo 16 años?

Como sea, Cobra Kai es una excelente serie llena de temas humanos, con reflexiones sobre superación personal, drama adolescente con tintes de telenovela, mucha acción, y montones de referencias a la cultura por de décadas pasadas, y se trata de una producción recomendable para público de casi cualquier edad. Lo más difícil será aguantar la espera hasta la aparición de la tercera temporada.

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