La más reciente película del director mexicano Jorge Michel Grau (Somos lo que hay, 7:19) es Perdida, una adaptación de la cinta colombiana La cara oculta, de Andrés Baiz. Con un guion de Antón Goenechea, Perdida cuenta con las actuaciones de Paulina Dávila, José María de Tavira y Cristina Rodlo.
La historia nos presenta a Eric (Tavira), un joven director de orquesta que es contratado para conducir la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, por lo que se muda a esta ciudad junto con su esposa colombiana Carolina (Dávila). Su vida parece perfecta hasta que ella desaparece, dejando atrás sólo un mensaje de video en el que le informa que lo deja para regresar a Colombia. Confundido y creyendo que ella jamás lo abandonaría, Eric levanta un acta para que la policía indague su paradero.
Al pasar de los días no hay rastro de su mujer, y lo único que la policía averigua es que Carolina jamás salió de México. Dolido por el presunto abandono, Eric va a un bar, donde se embriaga y pierde el conocimiento. Despierta en casa de Fabiana (Rodlo), mesera del lugar, con quien poco después inicia una apasionada relación y ella se muda a su casa, donde extraños sucesos la hacen cuestionarse sobre lo que hay detrás de la misteriosa desaparición de la esposa de Eric.
De acuerdo con Grau, la idea de retomar la cinta colombiana fue de Dynamo, la compañía productora, que se le acercó para ofrecerle el proyecto y contrató a Goenechea para adaptar la historia. Él fue el encargado de tomar la historia y adaptarla a la ideología y condiciones que se acoplaran mejor a México como escenario.
El resultado es un estilizado thriller de suspenso apoyado en una buena dirección y manejo de cámaras, y con actuaciones sobresalientes de la tercia de protagonistas. El giro argumental más importante de la cinta se da bastante pronto en la historia, y corre el riesgo de ser revelado por lo que alguna vez fue el título provisional del proyecto (no lo busquen a menos que ya la hayan visto).
Mi mayor queja con la película, es que justo después del giro, cuando revisitamos algunas escenas ya mostradas pero desde una perspectiva diferente, la película se vuelve un poco lenta, pues a mi parecer se pudieron acortar algunas de esas escenas para mantener de mejor manera la tensión construida en el primer tercio de la película, aunque en realidad se trata de un problema menor.
En cambio, algo que me parece muy positivo, es que se den estos esfuerzos por crear cine mexicano que se aleje de la probada fórmula comercial de comedia con "estrellas" o de remakes de viejos éxitos de Hollywood. En ocasiones parece que el cine mexicano sólo se compone de eso, y de pretenciosas piezas que buscan convertir la miseria y pobreza en objetos de arte, y es refrescante cuando una película que apunta en otra dirección obtiene una buena respuesta tanto de público como de crítica.
En resumen, Perdida me parece una muy buena película que por desgracia se ata a sí misma cada que parece estar a punto de tomar una dirección atrevida. La ejecución técnica es impecable, pero queda la sensación de que la película pudo haber sido algo más. Una opción bastante recomendable que todavía pueden hallar en cartelera.
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