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martes, 1 de enero de 2019

NFL: Algunas necedades sobre la temporada 2018

El pasado domingo llegó a su fin la temporada regular de la NFL, y sólo quedan vivos doce equipos, que a partir del sábado inician el camino en busca de alcanzar el Super Bowl LIII. No pienso hacer un análisis de todo lo ocurrido, pero sí hay algunos temas que me gustaría comentar acerca de algunos equipos y situaciones.


El blackballing o veto contra Colin Kaepernick
Colin Kaepernick no juega en la NFL desde la temporada 2016. El QB surgido de la universidad de Nevada guió a los 49ers de San Francisco al Super Bowl en 2012, donde estuvo cerca de lograr la remontada que les diera el título, pero después fue parte de una franquicia que se desmoronaba en medio de conflictos administrativos. En la temporada 2016 inició una serie de protestas ligadas al movimiento Black Lives Matter, en busca de crear consciencia alrededor del racismo que prevalece entre la policía de varias ciudades y que ha llevado a la muerte de gente de color desarmada que es acribillada por oficiales que simplemente son reprendidos y después continúan con su trabajo como si nada hubiera pasado.

La protesta de Kaepernick consistió en no ponerse de pie durante la ceremonia del himno nacional antes de cada partido, algo que dividió opiniones pero que también inspiró a otros jugadores a hacer lo mismo. Al final de la temporada hubo cambios administrativos completos en los 49ers, y dado que Kaepernick no entraba en los planes de la nueva administración y entrenadores, y tras dialogar con el equipo optó por finiquitar su contrato y convertirse en agente libre. Pese a sus números e historial como jugador, ningún equipo lo firmó para la temporada 2017, y lo mismo pasó durante la pretemporada 2018 lo que lo llevó a demandar a la NFL acusando a los dueños de estar coludidos para dejarlo desempleado como castigo por sus manifestaciones.


La liga intentó que el caso fuera desestimado, pero la corte consideró que había elementos para permitir que el juicio procediera, lo cual podría pasar en los próximos meses. Su caso llevó a la liga a suspender los planes para multar a cualquier jugador que no se pusiera de pie durante el himno esta temporada, y su nombre cobró mayor prominencia tras convertirse en la imagen central de una nueva campaña de Nike. El caso legal podría terminar si algún equipo lo firmase, y hay argumentos para afirmar que Kaepernick es mejor mariscal de campo que una docena de jugadores que tomaron el campo durante la presente temporada, por lo que es difícil creer que no existe un veto general en su contra.

Los Pieles Rojas y sus problemas con los QB
Washington parecía el equipo a vencer en la división este de la NFC, pero una serie de lesiones a jugadores titulares los hizo trastabillar y puso en peligro sus aspiraciones de playoffs. Cuando Alex Smith, su QB titular, se rompió una pierna, todas sus aspiraciones se esfumaron. Su lugar sería tomado por Colt McCoy, pero la prensa preguntó si el equipo estaría interesado en contratar a Kaepernick, y la respuesta fue no. Un par de semanas después, el propio McCoy también se fracturó la pierna, lo que llevó a la repetición de la pregunta, que obtuvo la misma respuesta.

Mark Sanchez no duró siquiera un partido antes de ser enviado a la banca y reemplazado por Josh Johnson, un QB de características similares a las de Kaepernick, pero mucho menos explosivo. Como era de esperarse, los Pieles Rojas quedaron fuera de la postemporada, y aún tienen la incertidumbre de saber si Alex Smith podrá recuperse y volver a jugar, lo que deja al equipo necesitado de un mariscal de campo, pero igualmente firmes en la postura de no firmar a Colin Kaepernick, de quien el propio Smith, que fuera su compañero en San Francisco, ha comentado más de una vez que no entiende cómo es que sigue sin un empleo en la liga.


Y si alguien piensa que se trata de una cuestión de principios el no firmar al exiliado mariscal de campo, habría que dar un vistazo a un controvertido movimiento realizado por el equipo: Luego de que Reuben Foster, defensivo de segundo año, fuera despedido por los 49ers luego de ser arrestado por violencia doméstica, Washington aceptó adquirir su contrato, aún a sabiendas de que sería suspendido y probablemente jamás jugaría para ellos. La lógica parece ser que ser un golpeador de mujeres (no fue la primera acusación en contra de Foster, pero sí la primera en terminar con un arresto) es menos grave que arrodillarse mientras suena el himno nacional. Sí, definitivamente no hay ninguna conspiración de parte de los multimillonarios blancos dueños de la NFL.

Dallas y los malos manejos de Jerry Jones
Hace unos años los aficionados de los Vaqueros afirmaban que todos los problemas de su equipo eran culpa de Tony Romo. El veterano QB sufrió una fractura en la clavícula al arranque de la temporada 2017 y fue reemplazado por Dak Prescott, quien dejó buena impresión y parecía encaminado a ser el titular para 2018. Romo decidió no pelear por el puesto ni tampoco buscar otro hogar en la liga, así que anunció su retiro y se convirtió en analista para la cadena Fox Sports, con bastante éxito /y honestamente, es muy bueno en ese trabajo). Su salida llevó a que su compañero de muchos años, el ala cerrada Jason Witten, decidiera que también era hora de colgar los tachones, y de pronto las cosas no pintaban tan bien para los Cowboys.

Jerry Jones, dueño del equipo, tiende a sobrepagar a sus estrellas de forma impulsiva, y el último contrato que le dio a su receptor estelar, Dez Bryant, pondría al equipo en apuros para lidiar con el tope salarial, por lo que intentó renegociar el trato y, ante la negativa del jugador de percibir menos dinero, lo cortó. De un golpe el ataque de Dallas perdió a sus dos mejores receptores, y Prescott mostró una regresión en su juego. El equipo se volvió unidimensional y sus rivales podían enfocarse en defender a Ezekiel Elliot, su corredor, con resultados previsibles.


Cuando los Raiders de Oakland anunciaron que estaban dispuestos a ceder a Amari Cooper por una selección de primera ronda, precio considerado excesivo por todos los analistas, Jones no dudó y aceptó el trato. Cooper tuvo una excelente segunda mitad de temporada y ayudó a que Dallas llegara a los playoffs, aunque en las últimas semanas brilló menos, lo que es normal, pues las defensivas contrarias ya tenían material para ver de que forma es usado en el ataque de los vaqueros y trabajar para nulificarlo. Muchos insisten que lo de Cooper fue un buen negocio, pero no estoy tan seguro. Al terminar la temporada será agente libre, y para retenerlo Jones probablemente tendrá que pagarle una cantidad incluso superior a lo que hubiera ganado Bryant.

Sí, Cooper es más joven y explosivo, pero Dallas tiene que pensar en que hay jugadores en su defensiva que requieren una extensión de contrato, y que eventualmente tendrán que pagarle a Prescott y Elliot una vez que venzan sus contratos de novatos. Puede que Cooper valga un fuerte contrato, pero no sé si media temporada de buen nivel justifique haber renunciado a su primera selección colegial de 2019.

Aaron Rodgers y el peligro de la dependencia de una estrella
El régimen de Mike McCarthy al mando de los Empacadores de Green Bay se había desgastado mucho en los últimos años. Muvhos piensan que es un desperdicio haber dejado pasar los mejores años de Aaron Rodgers, uno de los mejores QB de la liga, y sólo haber llegado una vez al Super Bowl. Y sí, puede haber una parte de razón en creer que debieran tener más de un anillo como testamento de los años de gloria de Rodgers, pero también hay que considerar que el dinero invertido en receptores y línea ofensiva para mantenerlo contento impidió armar una defensiva de primer nivel.


Green Bay cambió de gerente general el año pasado, y es evidente que la nueva administración no está tan dispuesta a cumplir con los caprichos de su mariscal de campo. El veterano QB sacó su frustración en contra de McCarthy, y la relación parecía a punto de reventar, deteriorándose más con cada semana de juego. Una nueva lesión de Rodgers limitó su desempeño, y habría que preguntarse si es que el tiempo le empieza a pasar factura, pues a diferencia de años anteriores en que el equipo se ha mantenido competitivo gracias a que su QB era capaz de echárselos al hombro, su juego no tuvo la misma consistencia.

McCarthy fue despedido a media temporada, pero las cosas no cambiaron. Los Empacadores quedaron fuera de playoffs y cerraron un decepcionante año con una aplastante derrota ante los Leones de Detroit, en un partido en el que se fueron sin puntos. Rodgers salió temprano del juego tras determinarse que había sufrido una conmoción cerebral, y el nivel del equipo quedó de manifiesto sin el estelar mariscal de campo, lo que me hace pensar que no todos sus problemas eran culpa de McCarthy. Ahora el problema será hallar un entrenador en jefe que sea del agrado de Rodgers, y tratar de construir un equipo competitivo a su alrededor antes de que su desempeño se siga deteriorando. No será fácil, así que es probable que el dominio que tuvieron en la NFC Norte ya sea cosa del pasado.

Pittsburgh: una historia de indisciplina
En varios deportes se habla de que cada equipo suele ser un reflejo de la personalidad de su director técnico o, en el caso del fútbol americano, su entrenador en jefe. Eso es algo con lo que siempre he estado de acuerdo, y los Acereros de Pittsburgh pueden ser el mejor ejemplo. Mike Tomlin está en una situación similar a la de Mike McCarthy: un solo título no parece reflejar el nivel de talento en su equipo. Pero habría que puntualizar que se trata de un equipo muy indisciplinado, donde frecuentemente se ventilan berrinches y peleas entre jugadores, con Antonio Brown como el protagonista de muchos de los más recientes.


Tomlin es un entrenador cuya integridad y ética de trabajo ha sido cuestionada en más de una ocasión. ¿Alguien más recuerda cuando hace un par de años se metió al terreno de juego para estorbar durante un regreso de patada de los Cuervos, obligando a Jacoby Jones a alterar su trayectoria para no chocar con él, lo que permitió a los jugadores de Pittsburgh taclearlo antes de que pudiera escaparse hasta la zona de anotación? El incidente le costó 100,000 dólares, pero más importante, el respeto de aficionados, analistas y jugadores.

La indisciplina de su equipo se tradujo en una creciente inconsistencia en el terreno de juego, y como resultado, un equipo del que hace un par de semanas los analistas decían que, pese a sus imperfecciones, podía ganarle a quien fuera, quedó fuera de los playoffs, y es evidente que desde su casa no podrán vencer a nadie. Dudo que la familia Rooney vaya a despedirlo, pero tal vez sea momento de empezar a preguntarse si no será que Tomlin ya perdió el respeto de sus propios jugadores, lo que podría empezar una espiral descendente en el desempeño del otrora respetado equipo.

Pues ahí está. Algunas opiniones que no me quería guardar acerca de algunos de los equipos que quedaron fuera de los playoffs (y uno que no creo que vaya a llegar más allá de este fin de semana). Respecto a los equipos sobrevivientes, creo que la atención debe mantenerse en los cuatro punteros, que descansan este fin de semana, pero atentos a lo que puedan hacer escuadras como Seahawks, Osos y Cargadores en caso de seguir adelante.

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