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jueves, 16 de febrero de 2012

The Anubis Gates, de Tim Powers

Tim Powers se ha convertido en un muy grato descubrimiento, pues no es un secreto mi gusto por la ficción fantástica y la ciencia ficción, géneros en los que es excelente, sino que además soy aficionado a la historia, que parece ser pasión secreta para este escritor.

Sus novelas ocurren casi siempre en el pasado, en una época y lugar bien definidos. Incluyen detalles sobre personajes y sucesos reales y debidamente documentados, los cuales se entrelazan con las creaciones e historias de Powers, enriqueciéndolas de una manera muy especial. Hace casi un año comenté On Stranger Tides y lamenté que Disney adquiriera los derechos para producir otra olvidable secuela de Pirates of the Caribbean.


The Anubis Gates es una novela que me causaba curiosidad mucho antes de tener alguna idea de su contenido o temática, pues había visto su portada (al menos una de ellas) en varios anuncios de un club de lectura especializado en ciencia ficción. La imagen mostraba dioses egipcios junto con elementos contemporáneos, lo que me parecía bastante inusual para un libro de ciencia ficción.

Lamentablemente el club en cuestión solo ofrecía servicio a los Estados Unidos y Canadá, así que mi curiosidad quedó insatisfecha durante varios años. Por fortuna la globalización y la apertura de gran cantidad de librerías en línea con servicio internacional me ayudó a resolver el problema hace unos meses y por fin pude averiguar de que iba el asunto.

En 1802 un grupo de magos egipcios planea acabar con el imperio británico y regresar a su nación a la gloria que vivió siglos atrás. Dado que el dominio británico en aquel país ha acabado casi por completo con el culto a sus viejos dioses, el plan de los magos es traer a los dioses desde la dimensión donde se encuentran cautivos y desatar todo su poder y furia sobre Londres y el imperio.

Su plan consiste en realizar un ritual que se supone les permitirá abrir un portal en el espacio tiempo, una de las llamadas Puertas de Anubis, nombre que hace alusión al papel de ese dios como el guardián entre los mundos, la cual será utilizada por los dioses para cruzar a nuestro mundo.

Su ritual fracasa, pero provoca la apertura de varias puertas localizadas en distintos lugares alrededor del mundo a lo largo de varios siglos, y tiene como consecuencia que deja a un hechicero inmortal suelto por las calles de Londres, víctima de un peculiar padecimiento que lo convertirá prácticamente en un mito londinense.

Casi doscientos años más tarde, a mediados de los 1980, Brendan Doyle, un intelectual y catedrático norteamericano que se especializa en los poetas del romanticismo británico de principios del siglo XIX, es llamado a Inglaterra por el industrial y millonario J. Cochran Darrow, quien le ofrece una fuerte suma de dinero a cambio de un día de sus servicios.

Doyle piensa que el excéntrico millonario quiere una plática privada acerca de Samuel Taylor Coleridge, uno de los poetas en que se especializa, pero ése no es el caso. Darrow ha descubierto las puertas y, más aún, un método para predecir el tiempo y lugar en que éstas se localizan y por cuanto tiempo permanecen abiertas. Más sorprendente aún, afirma haber desarrollado la tecnología para poder utilizarlas de forma segura para visitar otras épocas y regresar sano y salvo al presente.

La razón por la que requiere los servicios de Doyle es que ha organizado una excursión para atender a una plática de Coleridge en 1810 y necesita un experto que pueda atender las dudas de los aficionados y escolares que le están pagando un millón de dólares por cabeza para asistir a dicha plática. Superado su escepticismo Doyle accede a participar y pronto se encuentra enfundado en indumentaria de la época y listo para hacer el extraordinario viaje.

La travesía es un éxito y todos están encantados, pero cuando se disponen a regresar Doyle se ve separado del grupo y es secuestrado por el Doctor Romany, uno de los magos egipcios, quien tiene vigiladas las puertas y desea saber de dónde viene el grupo de turistas y cómo lograron usar el portal.

La expedición regresa al presente mientras Doyle queda abandonado a su suerte y en manos de alguien dispuesto a torturarlo para extraerle todo lo que sabe. Con un poco de suerte Doyle escapar y regresa a Londres, donde pronto descubre que su conocimiento de la época no basta para hacer su vida en el siglo XIX más fácil.

Sin dinero ni trabajo y con su salud en constante deterioro, Doyle necesitará hacer uso de todo su conocimiento e inteligencia para sobrevivir o hallar el modo de volver al presente.

Intrigas, aventuras, organizaciones secretas, guerreros ocultistas y más viajes en el tiempo aderezan una fascinante y entretenida novela de aventuras, llena de personajes ficticios e históricos que resultan tan interesantes y atractivos como el protagonista de la historia. Paradojas evitadas, coincidencias recurrentes, y el misterio de un mítico asesino serial son sólo una parte de lo que hace de esta novela uno de los libros más absorbentes con los que me haya topado en mucho tiempo.

El estilo narrativo de Powers es limpio y dinámico, pues se concentra en la acción y los personajes y sólo se detiene en descripciones cuando éstas tienen relevancia para la historia, lo que hace que su lectura sea ágil y muy ligera a pesar de la gran cantidad de información que maneja. La novela apareció en 1983 y ganó el premio Philip K. Dick por Mejor Novela de ciencia ficción, además de que fue nominada al British Science Fiction Award, y al Locus por Mejor Novela de Fantasía, pero más allá de esos premios se ha convertido ya en una de mis novelas de género favoritas. Lectura ampliamente recomendada.

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