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martes, 1 de febrero de 2011

Reseña: Unstoppable (Imparable)

El peculiar estilo de Tony Scott no es muy de mi agrado. Las películas que más me gustan de su filmografía son las más viejas que conozco: The Hunger (El Ansia) y Top Gun, quizás porque muchos de sus manerismos aún no estaban presentes. De su trabajo en los 90 me gustan True Romance (La Fuga) y Crimson Tide (Marea Roja). Sus películas más recientes son un tanto de fórmula y propensas a excesos visuales, aunque en ocasiones sus excesos se prestan a las necesidades de la historia, como puede ser el caso de Beat the Devil, su corto de la serie The Hire patrocinada por BMW, o el de Unstoppable (Imparable), su más reciente producción.

Unstoppable está inspirada en hechos reales (afirmación parcialmente cierta) y cuenta la historia de un tren fuera de control en una zona poblada, y de los valientes ingenieros y conductores que intentan detenerlo. Un error humano provocó que un tren de 47 vagones que transportaba material tóxico quedara fuera de control en el norte de Pennsylvania, limitando las opciones de la compañía sobre cómo detenerlo sin provocar un desastre.

Connie Hooper (Rosario Dawson), supervisora de vías, se encuentra maniatada por los ejecutivos de la corporación, más preocupados por los efectos económicos y de relaciones públicas que el incidente costará a la compañía que por el potencial desastre que su tren pueda ocasionar. Frank Barnes (Denzel Washington), un experimentado ingeniero ferroviario, y Will Colson (Chris Pine), un joven conductor, intentan ayudar, así que a bordo de una segunda locomotora se lanzan en persecución del tren para tratar de engancharse y reducir su velocidad con los frenos de su propia máquina.



Como suele ocurrir en esta clase de historias, los hechos se dramatizan con cierta exageración y se agregan dramas personales en las vidas de los protagonistas a fin de ofrecer a la audiencia una forma más compleja de entretenimiento, en este caso una disputa doméstica en el caso de Will y una complicada situación laboral y sindical en el caso de Frank.

El a veces estridente estilo visual de Scott se presta excepcionalmente bien a las tomas del tren fuera de control, permitiendo exaltar la amenaza que representa lo que de otra manera sería una aburrida masa de toneladas de acero moviéndose sobre las vías. Es de resaltar también el inteligente y efectista diseño del audio de la película, pues ayuda a generar la sensación de alarma y peligro necesaria para que la audiencia se sienta involucrada con la historia. De hecho, la película recibió una nominación al Oscar en esa categoría. La impecable ejecución técnica de la película es lo que la mantiene, y pese a tratarse de una historia bastante simple nunca se siente ni remotamente similar a los docudramas televisivos que suelen ocuparse de esta clase de historias.


Más arriba mencioné que era solo parcialmente cierto que se tratase de una historia real. En 2001 se presentó en Ohio un caso de un tren que quedó fuera de control en las mismas circunstancias que el de la película y el cual pudo ser controlado con un método similar al aquí mostrado tras recorrer más de cien kilómetros y atravesar tres condados sin reportar lesionados o daños materiales. Los nombres de la compañía ferroviaria y las personas involucradas en el incidente no son los mismos que se muestran en la película, por lo que supongo es seguro afirmar que se trata de entes totalmente ficticios creados con fines dramáticos. Esa es la diferencia entre decir que se trata de una historia inspirada en hechos reales y afirmar que está basada en los mismos.

Unstoppable es una interesante opción de entretenimiento y a mi juicio resulta también lo mejor que Tony Scott ha hecho en mucho tiempo. Recomendada.

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