El HRP-4C mide 1.58 metros de altura y pesa 43 kilos cuando tiene puesta la batería. El robot tiene treinta motores en el cuerpo y ocho más en la cara, lo que le permite asumir diferentes poses y mostrar expresiones faciales básicas. Kazuhito Yokoi, el líder del equipo de ingenieros a cargo de desarrollar el robot, aseguró entonces que este modelo era solo una pequeña muestra de lo que el futuro depara para los robots humanoides y que pronto se empezaría a notar su impacto.
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Evidentemente aún falta mucho trabajo para lograr construir un robot que pueda reemplazar a los seres humanos en cualquier clase de trabajo, pero no deja de sorprenderme que la primera advertencia se de en el mundo del modelaje, donde, bromas aparte, las exigencias en términos de desempeño no son tan demandantes como en otras actividades.
Sin duda la positiva recepción que tuvo Miimu en su debut en pasarela se debió en buena medida a la novedad de ser el primer robot en participar en un evento de este tipo, además de la conocida fascinación de los japoneses por cualquier cosa relacionada con la tecnología. Sería interesante ver la recepción que pudiese tener al presentarse en algún evento en Europa o en América, y en caso de que tuviese la misma aceptación bien podríamos empezar a pensar en las ventajas que representaría para los diseñadores tener modelos robóticos: nada de divas ni de tener que preocuparse porque las modelos conserven su peso y figura, nada de anorexia o bulimia, ni de tener que transportarlas en primera clase. Es decir, modelos talla cero sin problemas de salud.
Está para pensarse.
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