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lunes, 13 de julio de 2009

Layer Cake (No Todo es lo que Parece)

A pesar de ser bastante joven, Matthew Vaughn goza desde hace varios años de una buena reputación como productor de cine.

Es mayormente conocido por las primeras películas de Guy Ritchie, Lock, Stock & Two Smoking Barrels (Juegos, Trampas y Dos Pistolas Humeantes), Snatch (Cerdos y Diamantes) y Swept Away (no tengo idea de cómo se llame en español), o por acompañar a su guapísima esposa Claudia Schieffer a toda clase de eventos sociales.


Vaughn debutó como director en el 2004 con Layer Cake (No Todo es lo que Parece), cinta que originalmente iba a dirigir Guy Ritchie. Pudo ser una más de las películas de gángsters londinenses que lanzaron la carrera de Ritchie, pero otros compromisos evitaron que el ahora ex de Madonna dirigiera la película. En vez de enfrentar un retraso y los costos económicos del mismo mientras buscaba un nuevo director, Vaughn decidió encargarse él mismo de la realización del proyecto. Habiendo trabajado cerca de sus directores durante su trabajo como productor, consideró que no debía ser tan difícil hacer la transición de responsabilidades en el set.

Layer Cake está basada en la novela del mismo título de JJ Connolly, y el guión fue escrito por el propio autor de la novela, quien no tenía experiencia previa y presentó un primer esbozo de más de cuatrocientas páginas, más aún de las que tiene la novela.

¿Qué clase de película se podía esperar de un proyecto con un guionista primerizo, un director debutante, y un actor relativamente desconocido (Daniel Craig) en su primer papel protagónico? Sin duda no un clásico del género de gángsters o siquiera una cinta superior a las realizadas por Guy Ritchie, pero eso es justo lo que Layer Cake resultó ser.

Daniel Craig interpreta a un traficante de drogas especializado en cocaína. Es joven, inteligente, bien parecido y sumamente cuidadoso. También sabe que en su profesión es cuestión de tiempo terminar muerto o en la cárcel, así que tiene todo listo para retirarse del negocio y vivir una vida cómoda y tranquila mientras aún es lo bastante joven como para disfrutarla.

Al inicio de la película él calcula que si todo sale bien en dos días podría estar lejos de todo lo que ahora le rodea, pero si todo hubiese salido de acuerdo a su plan, la siguiente hora y media de la película habría sido bastante aburrida, ¿cierto? Mientras planea su última transacción como traficante, recibe el llamado de Jimmy Price (Kenneth Cranham), el mafioso para quien trabaja, que le encomienda un par de trabajos que no le vienen demasiado en gracia pues ponen en peligro sus planes de retiro.

Uno es lidiar con un estúpido y pretencioso gangster conocido como Duke (Jamie Foreman), que necesita colocar en el mercado un millón de píldoras de éxtasis lo más pronto posible, lo cual no está tan lejos de sus ocupaciones habituales salvo por tener que lidiar con la clase de criminales que siempre ha intentado evitar. El segundo es localizar a la hija adolescente de Eddie Temple (Michael Gambon), un asociado de Jimmy, una chica aparentemente adicta que se ha mezclado con la clase equivocada de personas.

Si las cosas no estuviesen lo bastante complicadas, resulta que el éxtasis que necesita colocar en el mercado es material robado a la mafia serbia, quienes están convencidos de que él es el responsable y están dispuestos a lo que sea para obtener venganza y recuperar lo que les pertenece, por lo que envían un asesino a la ciudad.

La aparición de Eddie Temple para aclarar la naturaleza de su relación con Jimmy y la verdad sobre su hija desaparecida, además de su interés por ser parte del negocio del éxtasis, añade aún más capas a la creciente intriga de la película, y la rudeza y experiencia delictiva de sus asociados, Gene (Colm Meaney) y Morty (George Harris), pueda ser insuficiente para salir bien librado del negocio. Para complicar aún más la situación, nuestro protagonista intenta seducir a Tammy (Siena Blaze), la novia de Sidney (Ben Whishaw), un sobrino de Duke que no parece ser demasiado listo.


Layer Cake se distingue de las películas de Guy Ritchie gracias al enfoque adoptado por Vaughn en cuanto al tono de la historia, pues el humor es más escaso y notablemente más oscuro que en las cintas de Ritchie. El desarrollo de personajes y la exploración de los valores de los criminales, su sentido del honor y la naturaleza de las relaciones entre criminales hacen que la película se sienta más cercana al trabajo de Martin Scorsese que al de Guy Ritchie, al menos en lo que al género de gangsters se refiere.

También vale la pena comentar que pese a tratarse de una película con un presupuesto modesto (unos siete millones de dólares), la película no difiere de una producción de estudio hollywoodense, además de que cuenta con un elenco de actores medianamente conocidos que luego de esta han ganado mayor reconocimiento tanto del público como de la industria, como es el caso del propio Daniel Craig o de Ben Whishaw, que en los últimos años han acumulado éxitos en sus diferentes proyectos.


Un par de años después de Layer Cake Vaughn dirigió la excelente adaptación de Stardust, la novela de fantasía de Neil Gaiman, y actualmente tiene en post-producción Kick Ass, una adaptación del cómic de Mark Millar y John Romita Jr sobre un adolescente que decide convertirse en un superhéroe/vigilante a pesar de no tener poderes ni habilidades sobrehumanas. Sin duda Vaughn se ha convertido rápidamente en un director al que vale la pena seguir la pista.

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