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jueves, 13 de diciembre de 2007

The Prisoner, de Thomas M. Disch

Este libro lo puedo sumar a la larga lista de cosas que he comprado sin tener una justificación razonable. Al menos en principio. Se trata de una novela publicada originalmente en 1969 que está basada en una popular serie de televisión británica de la década de los 60. Jamás he visto un episodio de esta serie, y de acuerdo con varias personas de mayor edad a quienes consulté al respecto, es muy probable que jamás haya sido transmitida en México. Entonces, ¿por qué la compré?

Cuando la vi en el Previews, catálogo de nuevos lanzamientos de Diamond Comics Distribution, el más grande distribuidor de cómics y libros para tiendas de cómics, lo que me llamó primero la atención fue el autor, Thomas M. Disch, reconocido escritor de ciencia ficción, horror y poesía, de quien había leído con anterioridad Camp Concentration (Campo de Concentración), The Genocides (Los Genocidas) y The Bussiness Man (El Ejecutivo), además de haber visto hace algunos años la adaptación en dibujos animados de su novela infantil The Brave Little Toaster (La Tostadorcita Valiente), así que estaba familiarizado con su trabajo, que nunca me ha decepcionado.


Un amigo, quien vivió en los Estados Unidos durante buena parte de los 80, me comentó que la serie era muy buena y que él había oído buenas críticas de la novela. Sumado eso a que la premisa me pareció interesante, decidí encargarlo. Eso fue hace unos años ya, y sin embargo lo leí apenas hace un par de semanas.

Un agente secreto decide renunciar a su trabajo, pero sus jefes deciden que posee demasiada información sobre temas sensibles como para dejarlo suelto, así que hacen lo único sensato fuera de matarlo: encerrarlo en una prisión. Pero no se trata de cualquier prisión. La Aldea es un pequeño poblado a la orilla del mar que parece estar hecho a partir de postales de sitios de descanso tradicionales en Europa. Está poblada únicamente por espías, ex-espías, y demás agentes gubernamentales, algunos de ellos prisioneros y otros parte del sistema de vigilancia, ya sea de manera voluntaria o víctimas de algún chantaje o presión.

En La Aldea nadie tiene nombre, así que cada uno de sus habitantes es identificado por un número, siendo el 6 el asignado al protagonista de la historia. La novela sigue a Número 6 desde la noche anterior a su captura y confinamiento a La Aldea y cuenta sus continuos esfuerzos por escapar del lugar a pesar de la constante vigilancia a que es sometido.

El lugar es presuntamente manejado por Número 2, un hombre de edad madura a quien Número 6 solo ve en una pantalla que aparece frente a una de las ventanas de su casa. 2 es un aficionado a la poesía y a la filosofía, lo que resulta en algunas entretenidas conversaciones entre él y Número 6 sobre la naturaleza de las prisiones y la similitud que existe entre prisioneros y carceleros, creando algunas memorables escenas que contribuyen a crear un interesante trasfondo para la novela, elevándola más allá de cualquier historia de espionaje e intriga convencional.


Disch tiene una narrativa muy limpia y suele ser directo a la hora de narrar cualquier situación, pero sus diálogos suelen ser la clave para evitar que su trabajo resulte excesivamente simple. Siendo él mismo aficionado a la poesía y a la literatura dramática, no es de sorprender que las conversaciones entre 2 y 6 tengan tanto peso en el desarrollo de los personajes y enriquezcan el mundo en que viven. 


The Prisoner resultó una muy agradable sorpresa, siendo una de esas novelas que además de entretener lleva a la reflexión, planteando toda clase de interrogantes sobre el mundo en que vivimos y la forma en que está estructurada la sociedad occidental. Incluso me ha hecho considerar la posibilidad de adquirir la serie de televisión, misma que fue editada en DVD el año pasado, así que no debiera ser difícil de conseguir.

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