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miércoles, 24 de enero de 2007

Casino Royale

Bueno, hora de empezar con los pendientes, y que mejor que esta reseña que tiene un mes en el congelador.

Para la cinta 21 de la cuenta "oficial" de las aventuras del Agente 007, los productores enfrentaban dos problemas. El primero, quizás el más importante, encontrar al actor ideal para llenar la plaza del agente secreto más famoso del mundo una vez que Pierce Brosnan se desligó del papel.

Tras mucha especulación y rumores al respecto, el elegido fue el escocés Daniel Craig, quien en su currículo contaba con gran cantidad de papeles secundarios y unos cuantos estelares en producciones más bien modestas. Craig fue víctima de críticas y ataques desde que obtuvo la parte.

Las críticas eran de lo más superficial: porque es muy bajo, porque es rubio, porque no sabe manejar autos de transmisión estándar, etc. Sin embargo, Craig logra una excelente interpretación del personaje, y solamente la nostalgia que impregna la imagen de Sean Connery impide que se le considere abiertamente como el mejor James Bond de todos los tiempos, pero por lo pronto puede jactarse de ser el mejor actor que haya interpretado alguna vez al personaje.


El otro problema era decidir el rumbo que debiera seguir la historia en términos narrativos. Finalmente decidieron adaptar Casino Royale, la primera novela de Ian Fleming protagonizada por James Bond (la única, por cierto, cuyos derechos no habían comprado los Broccoli), y para dirigirla se eligió a Martin Campbell, quien hace unos años fuera también el encargado de revivir la franquicia al dirigir a Pierce Brosnan en Goldeneye, a mi juicio la mejor película de la era Brosnan.

El resultado es una de las más inteligentes películas de acción que se hayan hecho en mucho tiempo. Aprovechando la conjunción de la primera novela (al menos en título e idea general) y un nuevo actor, la trama fue armada como la primera aventura de James Bond con la denominación 007. Craig interpreta a la perfección al agente recién ascendido, mezclando algunas características tradicionales del personaje con pequeñas imperfecciones para hacerlo más humano.


Para fines prácticos la película podría haberse llamado Bond Begins pues, al igual que con el relanzamiento de Batman, el énfasis está en desarrollar al personaje, presentando los elementos que conforman su personalidad y sentando las bases para que Craig pueda regresar al papel con la certeza de que el personaje tiene un sustento emocional y psicológico perfectamente definido.

Judi Dench, Eva Green y Mads Mikkelsen complementan el elenco de la cinta, y lo hacen de una manera sobresaliente. La capacidad de Dench está más que probada y un papel como el de M le resulta incluso simple y fácil de representar. Eva Green en el papel de Vesper Lynd sirve como contrapeso y a la vez complemento para el Bond de Craig, interpretando a un personaje fuerte y seguro que por momentos puede sacar de quicio o concentración a Bond, y al mismo tiempo lo suficientemente vulnerable como para no robarle cámara, como sucediera con Halle Berry en la anterior entrega de la serie. Mikkelsen es LeChiffre, el villano de turno, y su interpretación tiene poco o nada que ver con la versión que Orson Welles actuara en la adaptación no oficial de 1967 o con la descripción del personaje en la novela original.


Resultan dignos de mención algunos guiños y referencias a los fans de la serie, como la aparición del primer Aston Martin de Bond, el origen secreto de su bebida favorita, e incluso la explicación por el refinado gusto al vestir. El cáustico humor del personaje está ahí, e incluso podemos oír su tradicional forma de presentarse. Tal vez a los fanáticos más recalcitrantes del personaje les moleste lo humano de la interpretación de Craig.

El salir lastimado y no vestir siempre de manera impecable, el despeinarse después de una pelea o incluso el hecho de no salvar al mundo sino dedicarse a misiones mucho más simples y mundanas, es algo que puede descepcionarlos un poco, al igual que la falta de gadgets de alta tecnología, pero me parece que después de las últimas dos o tres entregas era necesario dar un paso atrás aunque fuese solo para tomar impulso.

Sin duda lo mejor de las aventuras del 007 está por venir.

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