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jueves, 6 de abril de 2006

Hostel

Chicas guapas y semidesnudas, sangre y violencia en dosis abundantes, una persecución por las calles de una exótica ciudad de Europa del Este... hace 15 o 20 años Hostel (Hostal) me pudo haber encantado. Pero ya no tengo 17 años, ni tampoco estamos en los ochentas.

La historia sigue a tres jóvenes, dos norteamericanos y un islandés, viajando "mochila al hombro" por Europa en busca de diversión y, por supuesto, chicas. En Amsterdam reciben la sugerencia de buscar un hostal en Bratislava, Eslovaquia, donde supuestamente encontrarán a muchas chicas hermosas y complacientes.


Esperanzados se trasladan hasta esa ciudad y encuentran el hostal, que efectivamente está lleno de chicas hermosas. Pero el lugar también esconde un terrible y sangriento secreto...

Hostel es la segunda película de Eli Roth, director de la exitosa Cabin Fever, y es producida por Quentin Tarantino.

El principal problema de la cinta es que siendo Splatter -término usado para referirse al excesivo uso de violencia en pantalla con sangre en abundancia- los elementos que debiera contener son simples. No es necesario tener ideas rebuscadas o inesperados giros de tuerca en la historia para mantener el interés de la audiencia. Prácticamente por definición, el splatter tiene que ser una historia violenta sin necesidad de justificaciones.

Y Hostel intenta romper con esas reglas básicas del género. No es necesario desarrollar a los personajes -todos sangran igual, ¿no?-, basta con darles nombre y ponerlos en el camino de algún psicótico o pervertido y listo. Tampoco hace falta tener héroes, sólo víctimas.

Y ahí es donde siento que Roth equivoca el rumbo. Le toma poco más de media hora presentarnos a los personajes principales y la situación en que se encuentran. Los siguientes treinta o cuarenta minutos los dedica a lo que esperábamos de la cinta: violencia y sangre. Una siniestra empresa dedicada a satisfacer las necesidades de millonarios deseosos de matar y torturar que utiliza el hostal para atraer víctimas. Los protagonistas que caen en las redes de esta organización y uno a uno van siendo torturados y asesinados. Hasta que sólo queda uno que no se conforma con ser víctima.

Un accidente permite que uno de los muchachos escape. Una serie de afortunadas coincidencias le permiten ir hallando el camino a la libertad, y aquí otra vez la película gira en dirección desconocida. A punto de escapar, el joven decide regresar a rescatar a una chica. Lo hace y logra volver a salir. Entonces viene la persecución y la huída, dignos de cualquier película de espías pre-Bond. Mientras huye, el destino pone en su camino la posibilidad de vengarse de todos aquellos que lo llevaron hasta ese lugar. Tras perder a la chica y completar su venganza, el muchacho puede finalmente emprender el camino de regreso a casa. Fin.

No me molesta que Roth quiera desarrollar a los personajes, o que busque salirse de las fórmulas del género. El problema es que lo hace sólo a medias y le mata el ritmo a la película. La división entre las tres partes de la película es muy marcada y no permite nunca que la audiencia se pueda identificar con los personajes que construye en la primera parte. Y es una lástima, porque muchas escenas -splatter y no splatter- están muy bien logradas, el problema es que el todo no termina de cuajar.

Tengo entendido que hubo algunos cortes preliminares antes del estreno oficial de la película, e incluso se rumora que existe un director's cut que verá la luz en cuanto salga el DVD. Habrá que echarle un ojo, porque tal vez una buena re-edición pueda corregir los problemas de la cinta.

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