viernes, 1 de junio de 2018

Conque 2018: Convenciones de cómic en México

Las primeras convenciones de cómic en México se realizaron en los años 90 y Conque, una de las que iniciaron esta modalidad de evento en nuestro país, fue mi primer acercamiento al mundo que hay detrás de este medio, me permitió entablar contacto con otros fans y me dio la oportunidad de ver un poco más allá de la simple lectura y de conocer a algunos autores detrás del que ha sido mi principal hobby y medio de entretenimiento por más de 35 años.

Ante un mercado cambiante y condiciones económicas poco propicias, Conque desapareció en 2001. Poco más de una década después, La Mole Comic Con modificó su enfoque y marcó el regreso de eventos realizados con seriedad a la ciudad de México y a la fecha sigue creciendo y marcando el paso en su rubro. El año pasado volvió Conque, pero ahora con sede en Querétaro. Aún cuando tenía interés en hacerlo, cuestiones laborales sumadas al hecho de tener que viajar me impidieron asistir.

Las opiniones acerca del evento estaban divididas, pues parece que tuvo muchos problemas de logística y organización, exacerbados por la inesperada cantidad de gente que acudió. Según los organizadores, recibieron a 50,000 visitantes, la gran mayoría atraídos sin duda por la novedad del evento en una ciudad que tiene una limitada oferta de entretenimiento, y por la presencia de Stan Lee, mítico co-creador de gran cantidad de personajes de cómic, y de Tom Holland, actor que da vida actualmente a Spider-Man.

La distribución de espacio en el piso de ventas fue rara. Y nótese que los señalamientos de los pasillos sólo son legibles desde un lado.
Pese a todas las dificultades e incomodidades reportadas (la dificultad de acceso al Centro de Congresos, filas eternas para comprar comida y sin alternativas viables, caos y falta de señalamientos, etc.), la mayoría de los asistentes se manifestaron satisfechos con la experiencia, y los expositores y artistas invitados aún más gracias a las altas e inesperadas ventas que lograron realizar durante los tres días del evento.

Para la edición 2018, con un panorama laboral distinto, pude asistir, y debo decir que no estoy impresionado.

La oferta de entretenimiento en Conque es sólida y variada, con presencia de invitados nacionales e internacionales, expositores y marcas de renombre y stands de múltiples tiendas de cómics y coleccionables. También había un espacio dedicado a los e-sports, género de entretenimiento que va en aumento, otro dedicado a los fans del anime y manga, y varios sets para fotografías que son el deleite de chicos y grandes en esta clase de eventos.

Pero los problemas de logística hacen que la experiencia se sienta truncada, incompleta. No puedo hablar de lo sucedido el año pasado, pero algunas de las cosas que noté debieran haberse hecho evidentes desde un principio para intentar resolverlas, comenzando por el acceso. El Centro de Congresos de Querétaro está en el borde de la ciudad, y si uno no va en auto propio, sólo se puede llegar ahí en taxi o algún otro servicio de autos de alquiler.

Algunos expositores tuvieron problemas durante el montaje con las características de los stands y los rótulos de los mismos. Al fondo, una de las entradas (sin señalización) a San Garabato.
Los boletos son manejados por Super Boletos, empresa que en su servicio en línea tiene como mayor problema el de no ofrecer una forma de pago que no sea tarjeta de crédito. No aceptan tarjetas de débito, PayPal, MercadoPago o alternativas que permitan pagar la transacción en alguna tienda o sucursal bancaria, así que si no cuentan con una tarjeta deben pedir a algún familiar o amigo que los auxilie con la compra de sus entradas. En caso de que decidan comprar su boleto directamente en el Centro de Congresos, se van a topar con la sorpresa de que ni eso los exentará del cargo por servicio, pues el evento no cuenta con taquillas propias, así que hay que comprar en la taquilla móvil de la mencionada empresa y cubrir el 10% de cargo adicional que ésta cobra por el servicio.

Boleto en mano pueden pasar a los puntos de revisión con las restricciones habituales: no se puede ingresar con alimentos o bebidas, ni con armas o instrumentos que puedan considerarse peligrosos. El problema es que hay artículos que no están listados en los boletos ni en el sitio del evento y pueden ser motivo de problemas para entrar. En mi caso, llegué el sábado por la mañana con intención de acudir sábado y domingo, y llevaba en mi mochila una muda de ropa. Problema: llegué directo desde la Central de autobuses, así que con la ropa llevaba un desodorante en aerosol que me fue requisado a la entrada. Rigorista, pero bueno, pasa.

Pero, y esto me parece tonto, el encargado de revisar mis cosas me preguntó si traía plumas o plumones para que me firmasen en el evento. Dije que sí y saqué de la mochila un puñado de sharpies y plumones de punta delgada, y me dijo que no podía pasar con ellos. ¿En serio? ¿Los plumones son un artículo de riesgo que uno no debería llevar consigo a un evento de cómics? Le cuestioné la razón y me dijo que eran sus instrucciones, llamó a quien parecía su supervisor y éste me confirmó que no podía pasar con ninguna clase de plumones o pinturas, así que para no pelear entregué los cuatro plumones que tenía en la mano, mismos que, al igual que los desodorantes y demás objetos que estaban reteniendo, imagino se repartieron más tarde entre el personal que realizó la revisión y decomiso.

Al comentar el incidente con amigos y conocidos, me contaron que algunos de ellos tuvieron que renunciar a sombrillas, lociones, gel sanitario, y varios otros objetos personales. Ignoro si el personal encargado de esta revisión y de requisar estos artículos trabaje para Conque o para el Centro de Congresos, pero me parece que el evento debería tener más cuidado con el tema, pues de una u otra manera es la primera impresión que uno recibe de la experiencia Conque. Ofrecer información en su sitio web y redes sobre estas restricciones, por ridículas que puedan parecer, sería un buen comienzo, o incluso un servicio de paquetería o casilleros al que se pueda acceder ANTES de pasar por la revisión sería una excelente alternativa. Claro que el hecho de que la revisión se haga a un costado del estacionamiento, a un centenar de metros de la entrada al recinto propiamente dicho lo complica un poco.

La arena e-sports y la Zona Otaku estaban en otra planta del lugar, y no estoy seguro de que todos los asistentes supieran de su existencia debido a la falta de señalización suficiente.
Pasada esa mala experiencia, entras al lugar, y lo primero que notas es que hay muy poca señalización. Desde el lobby puedes ver las entradas al salón principal con un letrero sobre cada una de ellas que dice "Piso de Ventas", y a un costado algunos stands de lo que parece que para el evento son atracciones menores: juegos de cartas y mesa de Devir, y el área de Cosplay, con un escenario al que le da el sol durante toda la tarde. De caminar hasta el extremo izquierdo del lobby, puedes ver otro letrero que apunta a lo que parece la salida a un patio e indica que allí están San Garabato (el área de artistas del evento) y el "Presentódromo", un área especialmente designada para que los autores puedan presentar al público su obra y novedades.

El problema es que cuando llegué no se permitía el paso, y desde el lobby se alcanzaba a ver una carpa, todavía cerrada. Extrañado, regresé mis pasos para entrar al piso de ventas. Más tarde me enteré, platicando con algunos autores, que la lluvia matutina que cayó ese día en Querétaro provocó encharcamientos dentro de la carpa y que Protección Civil no permitió que ésta se abriera hasta que todo estuviese seco y ellos dieran el visto bueno.

El retraso no fue mucho, y en para cuando terminé mi rápido recorrido por el piso de ventas ya estaban abiertos los accesos desde éste, mismos que tampoco tenían señalización alguna más allá de los rótulos de 'Salida de Emergencia'. Al entrar a San Garabato, me sorprendió su tamaño. Luego de recorrer los espaciosos pasillos del Piso de Ventas, aquí los artistas, tanto nacionales como extranjeros, parecían amontonados, además de que la iluminación dentro de la carpa no es tan buena como la del salón. Había una gran cantidad de gente recorriendo las mesas de autores, lo que siempre será positivo, pero por lo mismo el espacio se reducía todavía más y era imposible acercarse a algunas de las mesas, por lo que había que recorrer la carpa varias veces para poder ver la oferta de todos los invitados.

Tal vez una carpa no sea la mejor alternativa para albergar la parte medular de tu evento...
En cualquier evento de cómics el Artists' Alley, o área de invitados es lo que encuentro más atractivo, así que pasé allí la mayor parte de la jornada, con excepción de las veces que regresaba al piso de ventas, mayormente para escapar del calor, pues la carpa tampoco contaba con aire acondicionado y con tanta gente al interior podía volverse bastante incómoda.

Gracias al programa de mano que tomé a la entrada junto con el minicómic cortesía que fue parte de la dinámica del Free Comic Book Day, descubrí que había cosas en un piso superior y separado de la parte principal del evento, como las ya mencionadas áreas dedicadas a los e-sports y a la cultura otaku. Imagino que no mucha gente consultó el programa, porque en ellas había muy poca gente, sobre todo en la Zona Otaku, algo impensable en cualquier evento realizado en la ciudad de México.

Al volver al piso principal, usé la entrada a la carpa que había encontrado cerrada por la mañana, y ahí me llevé otra decepción. El "Presentódromo", anunciado por uno de los organizadores del evento como un espacio especialmente creado para que los autores pudieran presentar su obra ante unas sesenta personas (como consta en esta nota de La Jornada), no era más que una docena de sillas acomodada junto a una de las paredes exteriores de la carpa.

Si este es todo el espacio que les puedes dar, al menos no hagas el ridículo de ponerle nombre.
En cuanto al resto del evento, lo encontré cumplidor. El programa de conferencias estaba muy variado, aunque, como pasa también en otros eventos, la falta de señalización y una muy magra difusión de los horarios y contenidos hacé que uno tenga que estar pendiente en todo momento de la hora y del foro designado para cada una de las charlas que le interesen.

Hablando de horarios, también creo que es algo que no se manejó de la mejor manera en San Garabato. Los invitados internacionales firmaban por periodos limitados de tiempo, los cuales no eran anunciados de forma oportuna, así que era común encontrarse con varias mesas vacías a distintas horas del día.

También me tocó ver a un artista nacional que ocupaba al menos un par de esas mesas cuando los internacionales no estaban porque, según me explicó el mismo, un problema de logística lo había dejado sin mesa propia en San Garabato. Lo más triste es que al menos un artista con mesa designada no se presentó, así que bien hubieran podido darle ese espacio y evitarle la incomodidad de andar como errante en las mesas desocupadas.

La incómoda experiencia de la carpa y el "Presentódromo", aún a pesar de que se supone que San Garabato es uno de los temas de los que los organizadores están más orgullosos, es quizás lo que más me sigue haciendo ruido. Los espacios para los artistas son gratuitos, pero en el caso de autores con mucho material resulta tan limitado que las mesas se ven amontonadas. Y está también el tema de la distribución al azar. La idea de que los autores nacionales puedan estar al lado de los invitados internacionales es loable, pero poco práctica ante el poco espacio disponible para circular entre mesas.

La Zona Otaku estaba vacía. ¿Tan diferente es el público de Querétaro al de otras ciudades del país, o se trata sólo de otro ejemplo de los efectos de la mala señalización?
Conque tiene muchas cuestiones por resolver para mejorar la experiencia en el evento, sobre todo en el tema de logística, y le urge tener un mejor manejo de información, tanto en su sitio web como en sus redes sociales. Y ni hablar de la poca transparencia que hubo en el tema de la cancelación de Rosario Dawson, porque la versión oficial que René Franco, otro de los organizadores, dio ya durante el evento, cuando se supo que la actriz no se iba a presentar, suena poco plausible y hasta cierto punto ridícula, sobre todo si uno tiene una noción de cómo se manejan algunas situaciones con esa clase de invitados.

En términos generales el evento me parece cumplidor y con muchas "áreas de oportunidad", como le gusta a algunos llamar a los problemas. La afluencia de público fue muy pobre, a mi juicio muy lejana a los 30,000 asistentes que los organizadores han reportado, sobre todo considerando que el viernes que no estuve ahí hubo todavía menos gente. Ojalá que el evento pueda asentarse y empezar a crecer conforme vaya resolviendo sus problemas.

Pero, en lo que a mí refiere, es una experiencia que no justifica invertir en el viaje y hospedaje, porque no me ofrece nada que no pueda tener en mi ciudad. Supongo que lo único que puede llevarme de vuelta a Querétaro para una futura edición, será una buena combinación de invitados o algún otro atractivo que apele a mis intereses personales.

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