martes, 23 de marzo de 2010

Somos lo que comemos...

Siempre se ha discutido sobre el valor alimenticio de la comida rápida y los alimentos chatarra, pero creo que nunca me había encontrado con un ejemplo tan tajante e impresionante de que pueden no ser una buena opción bajo ninguna circunstancia.

Nonna Joan Bruso es la autora de varios libros dedicados a la alimentación infantil, y desde siempre ha manifestado su preocupación por la cantidad de comida chatarra que ingieren los niños, sobre todo a temprana edad cuando se niegan a comer vegetales o comida preparada en casa. Mientras investigaba para uno de sus libros se topó con una aparente leyenda urbana sobre la famosa Cajita Feliz (Happy Meal en los Estados Unidos) de McDonald's, según la cual había tan poca comida real y tantos conservadores involucrados, que era posible conservarla hasta un año sin que sufriera descomposición alguna. En marzo del año pasado decidió poner a prueba la leyenda y compró una Cajita Feliz, misma que depositó en un anaquel en su oficina.


La foto del lado izquierdo fue tomada el día que la compró, en tanto que la del lado derecho corresponde a un año después. A simple vista los cambios son mínimos, pues según describe Nonna en su blog, no hay la más mínima muestra de descomposición, la carne de la hamburguesa parece haberse compactado, y tanto el pan como las papas fritas están más secos, pero no hay ni mal olor ni presencia de moho, gusanos o siquiera moscas. Aquí está el post que escribió al respecto (en inglés).

Afortunadamente nunca me ha gustado la comida de McDonald's, pero aún así no puedo evitar sentir un escalofrío pensando en cuanta gente la consume cotidianamente, especialmente niños. Recuerdo que hace algunos años un amigo y su esposa hicieron un experimento de menor alcance con un McFlurry, mismo que se supone es helado pero por alguna extraña razón no se derrite, si no que simplemente parece evaporarse y desaparecer dejando una mancha de aceite sobre el papel que debiera haber empapado.

Ahora me pregunto, si realmente somos lo que comemos, ¿significa eso que los consumidores de la Cajita Feliz son inmortales?

4 comentarios:

  1. Qué asco!

    Yo voto por las hamurguesas de puestecito callejero, esas al menos tienen carne de verdad.


    Saludos Enfermos.

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  2. Coincido. Además de que las cadenas nunca han podido replicar el sabor de las de la calle y/o localitos independientes...

    ¡Saludos!

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  3. Ja!
    Es como comerse los imanes del refrigerador.

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  4. Que tal, Pato!

    Al menos si te comieras los imanes podrías decir que son para realzar tu magnética personalidad... :P

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